Bienvenido Alvarez Vega – El calvario administrativo de la OMSA

Bienvenido Alvarez Vega – El calvario administrativo de la OMSA

También en la OMSA, es decir, en la Oficina Metropolitana de Autobuses, la gestión administrativa del gobierno está haciendo agua. Anda metida en una crisis financiera desde el 2002, por lo menos, y a pesar de eso no se conoce esfuerzo alguno para que ese estratégico servicio sea autosostenible.

A cada rato la prensa nos informa que la oficina estatal no puede sacar a las calles del Distrito Nacional, de la provincia Santo Domingo y de Santiago , entiéndase a cubrir sus corredores y rutas, porque las unidades carecen de combustibles. Por supuesto, no disponen de gasoil porque la OMSA tiene deudas millonarias con los suplidores.

Ahora bien, ¿por qué la OMSA está metida en esta crisis financiera por lo menos desde el 2002?

Es difícil conocer una respuesta correcta, porque en la prensa se han publicado distintas versiones, pero ninguna oficial. Parece, además, que las explicaciones se corresponden más con el momento político que con la realidad de los hechos.

Los últimos informes que yo tenía indicaban que la OMSA era propietaria de 819 unidades, de las cuales 714 estaban en el Distrito Nacional y en la provincia Santo Domingo y 105 en Santiago. A finales del año pasado otros informes consignaban que las unidades eran 900 y ahora leo en los periódicos, en estos días, que el señor Alberto Ramírez, ejecutivo de prensa de la OMSA, habla de 920 unidades. Sea el número que fuere, se trata de un parque respetable y de una entidad que debe ser manejada con un alto sentido de gestión.

Hay quienes dicen que en la OMSA ha habido una fiesta de nombramientos de empleados. Concretamente, el señor Ignacio Ditrén, quien administró esta Oficina en el gobierno del doctor Leonel Fernández, dijo a los periodistas que de 2,453 empleados que tenía ahora tiene 7,000.

Hubiera sido interesante saber, para mayor precisión y capacidad de evaluación, cuántos empleados por unidades había en la administración de Ditrén. Ahora hay, si esta número de 7,000 es veraz, 7.6 empleados por cada unidad.

Juan Hubieres y Figuereo, dos personas vinculadas a la propiedad y a la dirección de organizaciones de vehículos para el transporte público y también adversarios del director de la OMSA, Diógenes Castillo, han dicho de manera reiterada que en la Oficina Metropolitana de Autobuses hay mala administración y la comisión de actos de corrupción.-

Estas acusaciones no han pasado de denuncias públicas, a pesar de que ambos, Hubieres y Figuereo, han tratado de que el Depreco investigue sus afirmaciones.

Lo que sí parece rigurosamente cierto es que la OMSA necesita ser dirigida con mayor apego a los principios de una buena administración. Tarea un poco difícil, lo sabemos, porque se trata de una dependencia gubernamental y para los gobiernos lo más importante no es la buena gestión sino la lealtad al jefe del Estado.

Parece, por ejemplo, que con frecuencia la OMSA tiene que prestar unidades que solicitan desde distintas oficinas públicas o desde despachos influyentes para complacer a terceros. Otras veces, conforme lo ha publicado la prensa, se ofrece transporte gratuito a los participantes en determinadas actividades, etcétera.

Las unidades de la OMSA transportan cada día aproximadamente 570 mil pasajeros. Es decir, se trata de un negocio que, en las condiciones actuales, general alrededor de 800 millones de pesos al año, unos 67 millones mensuales.

Es evidente que se hace necesario que el gobierno disponga una auditoría de gestión para evaluar el manejo de la institución. Porque es posible que, como se ha planteado en algunas ocasiones, sea necesario una reformulación administrativa de la Oficina, una política de personal y de gastos más austera y un mejor uso, en general, de los recursos disponibles.

Uno tiene la impresión de que la OMSA puede ser manejada con la misma vocación de eficiencia con que son operadas las oficinas privadas de transporte, sin subsidio estatal y, por supuesto, sin la injerencia de las manos demagógicas de los gobiernos.

Si los correctivos no son adoptados ahora, cuando la mayoría de las unidades está en buen estado y cuando las deudas de la institución no superan los 200 millones de pesos, mañana podría ser tarde o mañana podríamos despertarnos con la noticia de que los autobuses de la OMSA se convirtieron, como los de ONATRATE, en un cementerio de chatarras.

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