Bienvenido presidente Correa

Bienvenido presidente Correa

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La semana próxima, el país tendrá una muy breve visita del presidente de Ecuador, Rafael Vicente Correa Delgado. Todos los oídos debían estar bien claros para recibir las opiniones que este personaje pudiera externar sobre su estilo de gobierno. Graduado de Economía, este joven de 50 años de edad realizó trabajo social durante un año como voluntario de la misión salesiana en un poblado rural de extrema pobreza. Allí aprendió el idioma Quichua, mientras alfabetizaba indígenas y los asesoraba sobre micro empresas. Obtuvo una maestría en economía de la Universidad católica de Lovaina, en Bélgica, para entonces obtener un doctorado de la Universidad de Illinois en Estados Unidos. De más estaría decir que domina los idiomas español, quichua, inglés y francés.

Tras un muy breve período como ministro de economía en 2005, fundó el movimiento político Alianza PAÍS que lo llevó a la Presidencia de la República al año siguiente. Fue reelegido para el cargo en 2009 y otra vez, en 2013 al obtener el 57. 17% de los votos válidos. No obstante tantas victorias seguidas, ya alertó a sus seguidores diciendo: “Yo no me lanzo de nuevo, independientemente de cuál sea el sistema. Éstos son mis últimos cuatro años.” A pesar de sus reiterados triunfos electorales, rechaza perpetuarse en el poder político de la nación.

Cuando Correa inició su primer mandato, siete años atrás, emitió de inmediato dos decretos: uno para la consulta popular que convocaría una asamblea constituyente y otro que reduciría los salarios de los funcionarios del gobierno central a la mitad. Además, cometió la herejía de vincular el sueldo del Presidente de la República al salario mínimo vital de los trabajadores ecuatorianos. Mensualmente, este Mandatario apenas gana el equivalente de 25 salarios mínimos. No conforme con esta notable medida de austeridad, la semana pasada decretó que los sueldos de los funcionarios permanecerían congelados durante los dos próximos años.

Las mayores inversiones durante la administración del Presidente ecuatoriano han sido en salud, educación (6%) y vivienda, al tiempo que limita el servicio de la deuda externa al 3% del Producto Interno Bruto. Por si esto fuera poco, el 40% de los ministerios están encabezados por mujeres. Y para “ponerle la tapa al pote” ha prohibido que los funcionarios reciban regalos y agasajos por el hecho de cumplir con el deber que les exige su cargo.

Uno de los temas centrales que más ha impulsado Correa es una asamblea constituyente que tendría como finalidad arrebatar privilegios a la llamada partidocracia, término con el que se refiere a la influencia de los partidos políticos tradicionales en las instituciones públicas del país.

Además, ha decidido revisar y renegociar los contratos con las transnacionales petroleras porque sólo dejan como beneficio para Ecuador el 20% de su producción. “Eso es completamente inaceptable.”, ha dicho enfáticamente el presidente Correa. Y hay que creerle cuando se refiere a la dignidad que debe proteger la soberanía nacional, lo cual ha demostrado reiteradas veces. Este salesiano parece haber tenido bien asegurados los “jardines colgantes de Babilonia” para atreverse a expulsar a la embajadora de Estados Unidos quien, irresponsablemente, insinuó su vinculación a la corrupción administrativa. Siguiendo el mismo criterio de dignidad sobre la soberanía nacional, Correa ha reiterado su rechazo a cualquier condicionamiento de Estados Unidos en torno al otorgamiento de asilo a Julian Assange, fundador de Wikileaks, quien está refugiado en la embajada de Ecuador en Londres.

El presidente Correa es de los que consideran la integración latinoamericana como una necesidad para nuestros pueblos. Una de las frases que mejor describe su orientación política nacionalista es aquella en que dice: “Podemos equivocarnos en el camino, pero nunca equivocarnos de camino.” Los dominicanos debían felicitarse por contar con la presencia de un visitante como el presidente Rafael Correa. Es mucho lo que este Mandatario pudiera enseñar para denunciar la politiquería nacional y enrostrarles honestidad, soberanía y protección de los recursos naturales.

El presidente Danilo Medina podría lucirse ante esta visita si la asume como un ejemplo respetable, aunque las posiciones de Correa, que en Ecuador se aplican día a día, coincidan en gran medida con muchos de los reclamos por los que los movimientos populares luchan en República Dominicana.

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