[b]Señor director:[/b]

Luego de saludarle, adjunto a la presente tengo a bien remitirle la comunicación enviada por el suscrito al ingeniero Eduardo Estrella a los fines de que de acuerdo a las posibilidades y salvo su mejor parecer, sea incluida en las páginas de Opinión, en su sección Cartas u otra que usted estime conveniente de ese prestigioso matutino del cual me encuentro entre sus más complacidos suscriptores.

«Sensatez, sosiego, prudencia, honradez, tesón… ¡mil calificativos buenos te adornan!. El pueblo ya lo sabe, por eso te tiene en la mira para elegirte en las próximas elecciones para que dirijas los destinos nacionales por los próximos cuatro años, no como un premio sino como una responsabilidad que sabemos cumplirás a cabalidad y con humildad. Sigue como hasta ahora buscando la unidad del Partido Reformista, el partido de Balaguer y del país; más no hagas caso a aquellos que solo buscan negocios en la política, la divina providencia lo está apartando de ti para que llegues al poder sin esa maldita atadura. Con la ayuda de Dios, de donde emanan todos los poderes, contigo volverá la calma a la nación Dominicana, pues te sentarás en el Palacio Nacional y gobernarás con los mejores hombres y mujeres de la República sin importar el color del partido al cual pertenezcan e irradiará confianza por toda la geografía nacional.

«No es época de partido es tiempo de nación. Para enfrentar los graves problemas que nos asfixian, debe haber armonía entre todos los Dominicanos, la oposición jugará su papel integrándose a trabajar por la sociedad que dicen representar; en un gobierno tuyo, Eduardo, se sentirán representadas e integradas a trabajar por el país. Sabemos que entre las primeras medidas que tomarás está el mandar a cambiar todas las banderas amarillentas y raídas que existen por banderas nuevas y relucientes para que ondeen orgullosas en todo el territorio Nacional y sí comenzar a levantar nuestra moral como nación; no estará, entre tus primeras medidas, el subirte el sueldo a ti y los funcionarios más encumbrados, ni cambiar la hora para que llegue la oscuridad más temprano.

«Cuando la cabeza anda bien el resto del cuerpo también, por eso no tendrás necesidad de amenazar ni sugestionar a nadie para que cada quien cumpla con su deber sea dentro o fuera del gobierno, tu serás el primer ejemplo. Gobernarás como un buen padre de familia sabiendo que no hay peso que sobre si en un hospital hace falta una aspirina o en una escuela un pedazo de tiza. Prescindirás de gastar cuantiosos recursos del pueblo dominicano que pueden servir para medicina, educación y vivienda, en asuntos baladíes como yipeta, viajes, imagen, etc. Ya pasaste por el estado, administraste recursos y demostraste que sí se puede ser honrado. ¡!cosa rara en estos tiempos!! Jesús lo dijo en Galilea… Mt. 7.18; no puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar buenos frutos. Mt. 7.20; Así que por sus frutos los conoceréis!

¡Ya conoces el paso, adelante!