PARÍS, (AFP) – Si finalmente Osama bin Laden terminó por ser alcanzado por las balas estadounidenses fue porque ignoró una regla básica de la clandestinidad: moverse con frecuencia, indican los expertos.

Al mencionar la casa de Abbottabad en la que el fundador de Al Qaida fue muerto, la presidenta de la comisión de Inteligencia del Senado estadounidense, Dianne Feinstein, dijo: «Sabemos que Bin Laden vivió allí por lo menos en los seis últimos años».

 Por lo tanto, «una de las reglas absolutas de la vida en clandestinidad es desplazarse con frecuencia», dijo a la AFP Alain Rodier, ex oficial superior de los servicios franceses de inteligencia.

 «Bin Laden debió respetarla al comienzo de su fuga, pero cuando se sintió seguro ya no se movió» más.   «Seis años en el mismo sitio… En su lugar, me hubiera preocupado», agregó Rodier, director de investigación en el Centro Francés de Investigación sobre Inteligencia (CF2R).

 «Hubiera pensado: +Me van a encontrar+. Pero pienso que estaba cansado por esos años de fuga. Vivió en la inseguridad desde su salida de Sudán (en 1996). La clandestinidad en un periodo tan largo, es fatigante».

 Un ex alto responsable de un servicio de inteligencia, que pidió no ser identificado, confirma que para escapar a una persecución «es necesario moverse con regularidad».

 «Pero tampoco mucho. Si cambia de escondite con mucha frecuencia, moverás polvo y eso se verá. Idealmente, hay que cambiar discretamente de lugar cada tres o seis meses».

 Además de los 25 millones de dólares de recompensa, la campaña de bombardeos con aviones sin piloto (drones) armados con misiles, lanzada por Estados Unidos en las zonas tribales paquistaníes y que se intensificó en los últimos meses desempeñó un papel en la elección de bin Laden de seguir escondido en el mismo lugar, consideran los especialistas.

 «No tenía muchas opciones, ningún lugar a donde ir», asegura el alto responsable.

 «Es impresionante todo lo que puede mostrar un avión sin piloto en tiempo real. Bin Laden comprendió desde hace tiempo que no podía estar seguro en las zonas tribales.»

 Para estos dos ex miembros de la inteligencia, el hecho de que el jefe de Al Qaida se sintiera seguro en Abbottabad muestra que gozaba de apoyos y protección.

 «Eso prueba que estaba protegido por lo menos por una parte del aparato paquistaní», dijo Alain Rodier.

 Una opinión que comparte Alain Chouet, ex jefe del servicio de inteligencia de seguridad de la DGSE.   «A comienzos de su fuga, empezó a moverse con regularidad», dijo a la AFP. «Luego un día los paquistaníes le dijeron que debía quedarse ahí. Pensaba sin duda que estaba protegido».

 «No hay que generalizar, el aparato paquistaní de seguridad es muy complejo, con clanes, subclanes, jubilados que siguen siendo influyentes. Pero seguramente había al interior de sus servicios elementos que garantizaban su protección», agregó.

 «El acuerdo era sin lugar a dudas: +nosotros alejamos los curiosos y tú no te haces notar mucho+», agregó Alain Chouet.

 «Esto explica porqué sólo estaba con dos o tres personas y no con quince guardaespaldas» cuando lo mataron.