Biografías

Biografías

Hoy celebramos la fiesta de la primera santa latinoamericana: Rosa de Lima, que nació  el 30 de abril de 1586, en Lima, Perú.

Se dice que ella fue concebida en esta isla, específicamente en La Isabela, cuando sus  padres  Gaspar Flores y  María de Oliva iban de travesía.

 Su nombre original  fue Isabel, pero de ella se dice que una indígena que la cuidaba  vio su rostro transformado en una rosa mientras la niña  dormía y que, incluso, cuando fue confirmada el obispo que le aplicó el sacramento la llamó Rosa de manera espontánea.

Desde temprana edad Isabel mostró preocupación por los más necesitados. Ingresó a la orden  de los terciarios dominicos y luego se recluyó en una ermita construida por ella donde se dedicaba a la oración y a las obras de caridad. 

Cuando, en el 1615, los piratas holandeses deciden tomar a Lima, los biógrafos señalan que ella reunió a las mujeres de esa ciudad en la iglesia Nuestra Señora del Rosario para orar ante el Santísimo Sacramento. Se dice que cuando llegó la noticia  del desembarco,  esta monja  subió al Altar, se cortó los hábitos  y puso su cuerpo ante el sagrario para defender a Cristo; misteriosamente el  Capitán falleció en su barco, y los enemigos se retiraron, lo que fue interpretado como un milagro.

 Murió a los 31 años  el  24 de agosto de 1617, fiesta de San Bartolomé. Sus restos se veneran en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, de Lima.