La biopsia renal es el procedimiento por excelencia para extraer una pequeña muestra de tejido renal que pueda examinarse con un microscopio en busca de signos de lesión o enfermedad del riñón.
También podría utilizarse para determinar la gravedad de la condición y para optimizar el tratamiento.
Asimismo, es válida para pacientes que se le han realizado un trasplante de riñón que no funciona correctamente.
El doctor Ronald Valdez Imbert asegura que este tipo de procedimiento es indicado por la presencia de proteína en la orina (proteinuria) excesiva, en aumento o acompañada de otros signos de enfermedad renal como hematuria (sangre en la orina), hipertensión arterial y elevación de creatinina, sangre en la orina proveniente del riñón (hematuria glomerular). También es válido para controlar la salud de un riñón trasplantado y en pacientes con historia familiar de problemas renales.
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El nefrólogo-internista asegura que el procedimiento se realiza bajo anestesia local o con sedación leve, se inserta una aguja delgada a través de la piel guiada por ultrasonido hacia el riñón para extraer una muestra de tejido de dos mililitros aproximadamente, posteriormente se envía a un patólogo renal para evaluación del tejido.
Tipos de biopsias
El médico señala que la biopsia renal se puede hacer de diferentes formas siendo la más común y menos invasiva la percutánea, pero existen otras modalidades como abierta, laparoscópica y transyugular.
“Para realizar una biopsia se debe agendar una consulta previa para evaluar la historia del paciente, hacer examen físico donde el médico se enfoca en un buen control de presión arterial, analíticas básicas (hemograma, creatinina, examen de orina, electrolitos) incluyendo tiempos de coagulación y tipo de sangre.
También se debe retirar medicamentos que aumentan riesgo de sangrado como ibuprofreno, aspirina y naproxeno, entre otros) por lo menos siete días antes y anti-coagulantes (apixaban y warfarina).