Bisturí de rayos gamma

Bisturí de rayos gamma

POR JOSÉ PIMENTEL MUNOZ
Se sabe que a medida que pasa el tiempo, algunas sobrevivientes de cáncer de mama tienen posibilidades de desarrollar metástasis o tumores secundarios, muchas veces en el cerebro. Tradicionalmente este tipo de patología ha sido enfrentado con radiación externa, pero el tratamiento toma dos semanas de sesiones diarias de entre 15 a 20 minutos, que con los preparativos se convierten en alrededor de dos horas.

Además, las pacientes pierden el cabello, se les quema la piel, desarrollan problemas en el oído medio, etc.

Ahora, estos pacientes tienen una alternativa positiva con uno de los equipos de radiación que más fama ha ganado los últimos años por su efectividad: el bisturí de rayos gamma, conocido internacionalmente como Gamma Knife.

«Al paciente o la paciente se le coloca una especie de casco e inmediatamente se le toman imágenes de resonancia magnética», explica el doctor Aizik Wolf, quien opera un equipo de rayos gamma en Doctors Hospital, en Coral Gables, Miami.

«Con esto se pasa a diseñar el plan de radiación, cosa que toma algunos minutos, y la sesión en sí también toma unos minutos nada más. El o la paciente está bajo sedación ligera, o sea que no se le aplica otra anestesia, y no siente absolutamente nada. Sólo se necesita una sesión, que es ambulatoria, y el paciente se pueda ir a su casa de inmediato. No se pierde el cabello, no se quema la piel, y lo que es mejor, se puede realizar cuantas veces se necesite», agrega.

Wolf, de nacionalidad colombiana, describe al bisturí de rayos gamma como un revolucionario procedimiento eficaz para destruir selectivamente los tumores del cerebro y otras anomalías sin necesidad de hacer ninguna incisión en el cráneo. No se trata, aclara, de un bisturí en el sentido convencional del término, sino de un instrumento que utiliza rayos gamma invisibles, es prácticamente indoloro y su uso no requiere de anestesia general.

El neurocirujano del Doctors Hospital –establecimiento perteneciente a Baptist Health South Florida– explicó que con el instrumento se hace un tratamiento no invasivo, sin ninguna cicatriz, desfiguración o riesgo de infección. «Es una especie de cirugía neurológica por radiación con la que se trata exclusivamente los tejidos anómalos del cerebro sin dañar el tejido sano, los nervios y vasos sanguíneos adyacentes», destacó.

Hasta la fecha más de 2OO mil pacientes en el mundo entero se han sometido a la radiocirugía con el bisturí de rayos gamma sin que se haya reportado ningún caso de muerte, informó el especialista, quien en el Centro de Neurociencias del Doctors Hospital, en los últimos diez años ha tratado más de 4 mil pacientes con este método.

Destacó que aunque no se ponen agujas penetrantes, en este procedimiento se utiliza equipos computarizados y de resonancia magnética para con mucha precisión aplicar radiación en partes muy profundas del cerebro. Entre los tumores que se combaten están los metastásicos (como por ejemplo un paciente con cáncer de pulmón o de mama y que luego la enfermedad sale en el cerebro). Y también se trata con este procedimiento un dolor de la cara que se llama neuralgia trigeminal y las lesiones denominadas malformaciones arteriovenosas del cerebro. (Las personas que deseen mayores detalles pueden solicitarlos a través del e-mail International@baptisthealth.net).

Es un equipo que cuesta tres millones de dólares y necesita complementarse con otros de resonancia magnética y angiografía que valen igual cantidad, por lo que no existe en la mayoría de los países de América Latina, desde donde muchos pacientes hispanos van a Miami a tratarse. El plan de tratamiento es individual para cada paciente y puede requerir de uno o varios ciclos de radiación, cada uno de los cuales dura alrededor de veinte minutos.

A diferencia de la cirugía convencional, el tratamiento con el bisturí de rayos gamma no causa al paciente problemas físicos ni trauma emocional. No requiere una recuperación prolongada y generalmente los pacientes que se someten a este procedimiento salen del hospital y reasumen sus actividades normales al otro día. No solamente se reduce así el dolor que normalmente se asocia a la cirugía, sino que también el paciente se libera de muchas preocupaciones. Además, el tratamiento resulta mucho más económico al eliminarse una hospitalización prolongada, la necesidad de tomar medicamentos caros y el largo proceso de rehabilitación que generalmente requiere una operación convencional.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas