MIAMI.- Los tumores del cerebro y las malformaciones arteriovenosas en este órgano están siendo combatidas en esta ciudad –convertida en los últimos años en una especie de imán médico que atrae pacientes de todo el mundo, especialmente de Latinoamérica con un revolucionario procedimiento conocido como “bisturí de rayos gamma”.

Denominado en inglés “gamma knife”, se trata de un método eficaz para destruir selectivamente los tumores del cerebro y enfrentar otras anomalías –entre ellas el dolor de la cara llamado neuralgia trigeminal sin necesidad de hacer ninguna incisión en el cráneo. No es un bisturí en el sentido convencional del término, sino un instrumento que utiliza rayos gamma invisibles, es prácticamente indoloro y cuyo uso no requiere de anestesia general.

El doctor Aizif L. Wolf, del Centro de Neurociencias del Doctors Hospital, de Coral Gables, explicó que con el instrumento se hace un tratamiento no invasivo, sin ninguna cicatriz, desfiguración o riesgo de infección. “Es una especie de cirugía neurológica por radiación con la que se tratan exclusivamente los tejidos anómalos del cerebro sin dañar el tejido sano, los nervios y vasos sanguíneos adyacentes”, destacó.

Hasta la fecha más de 200.000 pacientes en el mundo entero se han sometido a la radiocirugía con el bisturí de rayos gamma sin que se haya reportado ningún caso de muerte, informó el especialista, de origen colombiano. En el Centro de Neurociencias del Doctors Hospital, que forma parte de Baptist Health South Florida, en los últimos diez años se han tratado a más de 3.500 pacientes.

Wolf explicó que aunque no se ponen agujas penetrantes, en este procedimiento se utiliza equipos computarizados y de resonancia magnética para con mucha precisión aplicar radiación en partes muy profundas del cerebro. Entre los tumores que se combaten están los metastásicos (ejemplo de un paciente con cáncer de pulmón o de mama y que luego la enfermedad sale en el cerebro).

Es un equipo que cuesta tres millones de dólares y necesita de una habitación acondicionada especialmente a un costo de un millón de dólares y de equipos complementarios de resonancia magnética y angiografía que valen otros tres millones. Por esta alta inversión no existe en la mayoría de los países de América Latina, desde donde muchos pacientes hispanos van a Miami a tratarse.

[b]Ventajas[/b]

A diferencia de la cirugía convencional, el tratamiento con el bisturí de rayos gamma no causa al paciente problemas físicos ni traumas emocionales. No requiere una recuperación prolongada y generalmente los pacientes que se someten a este procedimiento salen del hospital y reasumen sus actividades normales el mismo día. Además, el tratamiento resulta mucho más económico al eliminarse una hospitalización larga, la necesidad de tomar medicamentos caros y el largo proceso de rehabilitación que generalmente requiere una operación convencional.

[b]Cómo se hace[/b]

Antes de decidir cuál es el tratamiento más indicado para cada paciente, se examina detalladamente su historia clínica. Se le hace tomografías computarizadas, estudios de resonancia magnética y angiografías, según sea necesario. A continuación se determina si debe ir a cirugía abierta, radiación o quimioterapia. Si se recurre a la segunda alternativa, se analiza si califica para el bisturí de rayos gamma.

Los rayos gamma se aplican con el paciente acostado y el marco colocado en su cabeza. El plan de tratamiento individual puede requerir de uno o varios ciclos de radiación, cada uno de alrededor de 20 minutos. El paciente no siente molestias durante las sesiones y está en comunicación directa y constante con los médicos, que lo observan en un monitor de video. El tiempo total que permanece en el hospital es de tres a seis horas, dependiendo del tratamiento diseñado.