Francisco Espaillat Virol (Francia, 1734 – Puerto Rico, 1807), tronco de esta familia en el país y asentado en Santiago desde 1756, fue un potentado propietario de hatos ganaderos, estancias agrícolas e ingenios en Santiago y Monte Cristi, en los que empleó más de mil esclavos.

El expediente instruido para la obtención de su carta de naturalización como ciudadano español (1787) ofrece datos relativos a sus propiedades y al número de esclavos en cada una de ellas. Su distribución era como sigue: ingenio de la estancia de Sabana Grande, 55; ingenio localizado en Gurabito, 25; Hato de en Medio,sitio de la Salada, hato de Las Matas y estancia de Los Ciruelos, 2 en cada uno; hatos de la Larga y La Gozuela, La Otra Banda y La Herradura, uno en cada uno; Angostura, 8; tejar de dicha estancia, 8; residencia en la calle Del Sol, 10. Otras fuentes cifran entre 500 y 1,000 los esclavos en la hacienda de Angostura.

De esos esclavos, los residentes en Sabana Grande protagonizaron en 1792 una riña con los del colindante ingenio de José Tadeo Ceballos. En la sumaria instrumentada en la ocasión por el escribano Antonio López consta solo uno con nombre y apellido: Pascual de los Reyes.

La tradición familiar recoge que, después de la invasión haitiana de 1801 y la ocupación por Francia de la parte este de la isla a partir de 1802, Espaillat se retiró a su estancia de Sabana Grande – recuerdo acaso distorsionado, pues a propósito de los sucesos de 1792 se menciona allí a su esposa Petronila Velilla – y que, producto de la invasión de Dessalines, se fue en 1805 a Puerto Rico. ¿Qué fue de sus esclavos?

La esclavitud en la parte este de la isla perduró entre 1802 y 1822 y es muy probable que sus hijos adquirieran nuevos esclavos y que estos, al igual que los que él poseyó en el siglo XVIII, llevaran su apellido. En efecto, en Puerto Plata se registró el bautismo de la hija natural de una esclava apellido Espaillat (1820), mientras que en Santo Domingo se registró la defunción de María Velilla (1830), esposa de Tomás Espaillat, labrador y analfabeto, quienes se presume pudieron ser antiguos esclavos de la familia, por la coincidencia del nombre de la difunta con el de María Leonarda Velilla, esposa de Francisco Antonio Espaillat Velilla, hijo mayor de Francisco Espaillat Virol. Otros llevaron distintos patronímicos, como fue el caso de los ascendientes paternos del general José María López, artillero durante la batalla de Santiago en 1844.

Podría pensarse que otros esclavos de Espaillat bien pudieron haber sido bautizados en la iglesia parroquial mayor de Santiago. Pero lo que sí es posible afirmar es que a la par de la descendencia legítima de Francisco Espaillat se desarrolló una estirpe negra que también llevó su apellido – Pedro Ignacio Espaillat, mártir de Santiago durante la Anexión, fusilado en 1863, perteneció a ella – , la cual tiene sus raíces en los esclavos de sus hatos, estancias e ingenios.

Instituto Dominicano de Genealogía