Pedro (personaje ficticio) es un niño de una comunidad pesquera de Samaná que busca a su padre desaparecido y en esa búsqueda hace un viaje a Santo Domingo que le cambia la vida. Sobre la base de este argumento se desarrolla la historia “A orillas del mar”, de Bladimir Abud, tercera película que estrena en su carrera, y con la que retorna al cine que le fascina hacer.
“La historia retrata muchos temas; uno de ellos es el de los niños que viven en la calle. En República Dominicana hay cerca de doscientos mil niños en esa situación”, señala el realizador, quien asegura que él convivió con niños de la calle, y ellos le contaron sus historias, además de que incorporó algunos de ellos al filme.
Otros temas que enfoca son el de la familia, el abandono y el amor.
El realizador plantea en esta película que “debemos revisarnos como sociedad ante la delincuencia; esta no es algo tan inmediato, ya que hay muchos factores y uno de los principales es el de la formación familiar”.
El cineasta muestra en ella los hermosos paisajes y la exuberancia de Samaná en contraste con la miseria y marginalidad que se observa en los barrios. La estética del filme, que duró ocho meses en preproducción y tuvo cinco semanas de rodaje en Samaná y Santo Domingo, es minimalista y naturalista.
En él actúan el niño Sony Kelly, a quien Abud define como un actor natural, Cheddy García, Richard Douglas, Miguel Ángel Martínez, Antonio Melenciano, Lidia Ariza, Teo Terrero y otros más. “Sony, tiene 11 años y se parece mucho al personaje de Pedro. Recuerdo que el día del ‘casting’ él estaba sentado en una silla, triste y solitario. Desde que lo vi me dio la impresión de que él podría ser el elegido”, afirma el director y asegura que a quienes lo han visto les ha gustado su actuación.
“A orillas del mar”, proyecto que contó con el respaldo de Producciones Coral, representa para Bladimir el reencuentro con el tipo de cine que le motiva.
“Como profesional y como artista uno le debe devolver a la sociedad parte de lo que le ha dado. Yo veo esta producción como un pequeño aporte de un cineasta que aborda un tema que afecta a nuestra sociedad para ver si alguien se motiva y a través de esa reflexión termina reaccionando”, indica, añadiendo que le gustaría que las instituciones que trabajan con niños se inspiren y desarrollen políticas de cero niño en las calles.
Oportunidad. El realizador considera que la gente tiene que darse la oportunidad de apoyar un cine diferente para que la industria siga avanzando.
Señala que la mayoría de la cinematografía del mundo arrancó con el empuje del cine masivo, de evasión. “La diversidad en el cine es positiva. Yo creo que debemos incentivar el arte cinematográfico para tener más público”, reflexiona.
Bladimir entiende que la industria cinematográfica dominicana va por un buen camino y que dentro de 10 o 20 años “tendremos una cinematografía digna”.