LONDRES,  (AFP) – Después de 10 años en el poder, el primer ministro británico Tony Blair anunciará esta semana su marcha de Downing Street y cerrará así una página juzgada con dureza por los británicos, a pesar de que transformó su país.

Blair, que este domingo cumplió 54 años, no precisó ni cómo ni cuándo anunciará esta partida que será efectiva a finales de junio o principios de julio.  Su ministro de Finanzas, Gordon Brown, debería sucederle automáticamente, sin necesidad de elecciones anticipadas.

Pero es probable que el primer ministro británico haga su anuncio el miércoles o el jueves, una semana después de las elecciones locales en las que los laboristas sufrieron serios reveses. Entre tanto, Blair, que se va a mitad de su tercer mandato, habrá asistido el martes en Belfast a la puesta en marcha del nuevo gobierno formado por protestantes y católicos en Irlanda del Norte, uno de sus mayores éxitos.

No parece haber ya ninguna duda sobre su sucesión, a pesar de que el austero Gordon Brown, de 56 años, no despierta unanimidad en el partido laborista y todavía menos entre los electores. Después de semanas de especulaciones y tensiones en las filas laboristas, Blair le aportó este domingo un respaldo claro. La esperanza de los “blairistas”, el ministro de Medio Ambiente David Miliband, de 41 años, descartó recientemente la idea de presentarse.

El sábado también desapareció otra de las últimas incertidumbres con el anuncio del ex primer ministro del Interior, Charles Clarke, de que tampoco será candidato a la dirección del partido contra Gordon Brown.

Clarke explicó que prefirió renunciar debido a “riesgos severos de divisiones” dentro de un partido que desde 2005 va por detrás de los conservadores de David Cameron en todos los sondeos.

Tony Blair se pronunció a favor de Gordon Brown en una tribuna publicada este domingo en el semanario popular News of the World, el más vendido del país. “Convirtió nuestra economía (…) en una de las mejores del mundo. No lo hizo optando por la facilidad; lo hizo con un juicio sano, sin perder los nervios y pensando en los intereses a largo plazo de Gran Bretaña”, escribió Blair, quien dice creer en una nueva victoria en las elecciones de 2009. Pero los británicos son difíciles de convencer.

Y diez años en el poder desgastaron a los laboristas. Según varios sondeos recientes, los británicos sacan un balance sin indulgencia de la era Blair, marcada por un crecimiento ininterrumpido que enriqueció al país, importantes reformas en los servicios públicos (sanidad, educación), pero también por una guerra en Irak que nunca le han perdonado.

Para una mayoría, las cosas han empeorado (48%) o se han mantenido igual (19%), mientras que sólo un 26% ven una mejoría.

A Blair, que dio tres victorias sucesivas a los laboristas, un hito sin precedentes, se le juzga también con dureza por su política extranjera marcada por un apoyo incondicional a Estados Unidos. Todas las encuestas muestran que los británicos prefieren a David Cameron, de 40 años, que a Gordon Brown en la perspectiva de las legislativas de 2009.

Para entonces, Blair habrá iniciado probablemente una nueva carrera.

Aunque no ha dicho nada sobre su futuro, la prensa británica afirma que podría dedicarse a una posible Fundación Blair, ser embajador itinerante en Africa o en Oriente Medio por cuenta del presidente estadounidense George W. Bush, e incluso convertirse en presidente de la Unión Europea dentro de dos años.

La venta de sus memorias también podría suponerle hasta ocho millones de libras (12 millones de euros), según la prensa popular, y este excelente orador tendría igualmente garantizada una pequeña fortuna si decidiera entrar en el circuito internacional de los discursos y conferencias, como el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.