Blair se va en junio

Blair se va en junio

TRIMDON GB (AFP).– Tras diez años en el poder, que fueron ensombrecidos por la guerra de Irak, el primer ministro británico Tony Blair anunció ayer, jueves, que dejará su cargo el 27 de junio, dando inicio a una nueva era política en Gran Bretaña.

“Hoy anuncio mi decisión de abandonar el liderazgo del Partido Laborista. El partido va a elegir un nuevo líder. El 27 de junio entregaré mi renuncia del cargo de primer ministro a la reina” Isabel II, anunció Blair en el club laborista de Trimdon (noreste de Inglaterra), donde en junio de 1994 lanzó su campaña por el liderazgo laborista.

En un discurso impregnado de emoción Blair defendió el balance de sus diez años en el poder, destacando sus logros económicos y sociales y la nueva paz instaurada en Irlanda del Norte, aunque también se refirió a la guerra de Irak, que causó la caída de su popularidad.

Blair, que fue empujado a anunciar su dimisión tras una rebelión de los laboristas en septiembre pasado, dejó el veredicto final sobre su gobierno en manos de los británicos.

“Evidentemente se harán juicios sobre mi mandato, y en última instancia son ustedes que los harán. Pero les pido que acepten una cosa: con la mano en el corazón, yo hice lo que pensé era lo correcto”, afirmó Blair, que dejó en esos momentos deslizarse una lágrima.

   Afirmó que tras los atentados del 11 de setiembre del 2001 en Estados Unidos lo correcto era “permanecer codo con codo con nuestro más antiguo aliado, y lo hice sin ninguna duda”.

   Y “lo mismo ocurrió con Afganistán y con Irak”, agregó Blair, que destacó que los sucesos que ocurrieron desde entonces, “con el terrorismo global y esos elementos que lo apoyan, ha sido implacable”.

   En Trimdon, donde inició Blair su larga despedida del poder, lo esperaban manifestantes, que protestaron por su decisión de enviar tropas británicas a la guerra de Irak.

   “¡La policía ha rodeado el edificio, salga con las manos en alto, usted es buscado por crímenes de guerra!”, lanzó uno de ellos.

   El anuncio de Blair puso fin a meses de especulaciones y abrió el camino para la batalla por el liderazgo del gobernante partido laborista, que todos los analistas apuestan será ganada por el ministro de Finanzas, Gordon Brown.

   “He sido primer ministro de este país por algo más de 10 años. En este cargo, en el mundo actual, creo que es tiempo suficiente para mí, pero especialmente para el país”, admitió Blair durante su discurso.

   “He regresado aquí, a Sedgefield, mi circunscripción, donde empezó mi viaje político y donde pienso que es conveniente que termine”, dijo Blair, que empezó su discurso con un tributo a su esposa Cherie, a la que calificó de “excepcional amiga y compañera”.

    Tras el anuncio, en Washington, la Casa Blanca saludó a Tony Blair como un “dirigente extraordinario”, un “amigo y aliado” del presidente George W. Bush, quien se declaró “dispuesto a trabajar” con Gordon Brown si sucede a Blair.

   Por su parte, Brown subrayó sus éxitos “únicos, sin precedentes y que van a durar”.

   El primer ministro irlandés, Bertie Ahern, le agradeció su “herencia impagable de paz” que dejó en Irlanda del Norte.

   Blair informó el jueves por la mañana a su gabinete de sus intenciones de abandonar el cargo en una reunión en Downing Street antes de tomar un avión rumbo a Sedgefield, donde se convirtió en diputado en 1983, dando inicio a su fulgurante trayectoria política.

   Se prevé que Brown lance el viernes su candidatura al cargo de Blair, para lo cual necesita el respaldo de 44 diputados. Se espera también que el primer ministro, que no mencionó a Brown en su discurso, le brinde el viernes su apoyo.

   El anuncio de Blair “es el pistoletazo para que Gordon (Brown) se afirme como un líder independiente”, afirmó Patrick Dunleavy, de la London School of Economics. “Es un cambio de época en la política británica”, subrayó el analista.

   Si bien varios laboristas han anunciado que postularán al cargo que deja vacante Blair -entre ellos John McDonnel y Michael Meacher, del ala izquierda del laborismo-, todos coinciden que, salvo imprevistos, Brown será el próximo líder laborista.

   Al obtener la corona del partido, al término de un proceso que durará unas siete semanas, Brown se convertirá automáticamente en primer ministro, hasta las próximas elecciones generales, que se prevé tendrán lugar en el 2009 ó 2010.

   “Hay ahora 600.000 puestos vacantes en la economía. En realidad, hay ahora uno más, tras los recientes anuncios”, bromeó un sonriente Gordon Brown el jueves en el Parlamento.

   La única duda que queda es quién será el sucesor del viceprimer ministro John Prescott, que partirá al mismo tiempo que Blair.

   Aunque el gobierno de Blair logró un incuestionable desempeño económico y propulsó la pacificación de Irlanda del Norte, su partida del poder será acompañada de pocos aplausos, principalmente por su decisión de aliarse con Estados Unidos para invadir Irak.

   Pero sea como fuere, Blair transformó el país y marcó fuertemente a los británicos.

   Un sondeo publicado el jueves por el periódico The Guardian indica que un 60% de los británicos considera que Blair fue una fuerza de cambio en Gran Bretaña, aunque sólo un 44% de ellos opina que su acción benefició al país.

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