Blair visita soldados en Irak

Blair visita soldados en Irak

BASORA, Irak (AP).- En una visita sorpresiva a este país, el primer ministro británico Tony Blair dijo el domingo que Irak era «una prueba» en la lucha global contra el terrorismo y la represión, y que las naciones que desarrollan armas de destrucción masiva representan un «gran lastre para la seguridad mundial».

Blair, el principal aliado de Estados Unidos durante la invasión a Irak, visitó la ciudad meridional de Basora para agradecerle a las tropas británicas su participación en la guerra, y se reunió con comandantes militares. Indicó que la campaña encabezada por Estados Unidos para derrocar a Saddam Hussein es vital para la estabilidad global.

«Este conflicto aquí fue uno de enorme importancia porque Irak era una prueba», dijo a unos 10.000 soldados en Basora, a 550 kilómetros al sureste de Bagdad. «Si hubiésemos dado marcha atrás, nunca hubiéramos sido capaces de confrontar esta amenaza en los otros países donde existe», añadió Blair.

El funcionario británico dijo que el régimen de Saddam «tenía un historial de uso de armas de destrucción masiva» y que «literalmente cientos de miles de sus ciudadanos murieron en campos de prisioneros».

Poco después, en declaraciones a bordo de un avión, Blair dijo a los periodistas que la invasión a Irak sirve para advertir a otros «estados represivos promotores del terrorismo que desarrollan armas de destrucción masiva».

Según la agencia noticiosa británica Press Association, Blair afirmó que «es importante decirle a esos países que se habrían involucrado en tales programas: miren, hay distintas formas de manejar esto».

Desde la invasión, Libia e Irán han permitido visitas iniciales de inspectores de la ONU y hay esperanzas de que también reducirán sus programas e influenciarán a otros países acusados de intentar obtener programas sobre armas de destrucción masiva.

Estados Unidos y Gran Bretaña mencionaron los presuntos arsenales secretos de Saddam como principal justificación para invadir Irak, pero han sido criticados luego que no se encontró evidencia alguna de esas armas.

«Ningún gobierno que deba su posición a la voluntad popular gastaría millones de libras en armas químicas, bacteriológicas y nucleares mientras el pueblo vive en la pobreza», dijo Blair.

«Los estados brutales y represores que no tienen el apoyo ni el consentimiento de su pueblo, y desarrollan armas que pueden causar destrucción en una escala masiva representan un «gran lastre para la seguridad mundial», añadió el primer ministro británico.

Blair se refirió también al «virus del extremismo islámico, que es una perversión de la fe auténtica del islam».

El primer ministro voló a la segunda ciudad más grande de Irak a bordo de un avión militar, desde el balneario de Sharm el-Sheij, en la costa egipcia del Mar Rojo, donde pasó las vacaciones con su familia.

Visitó primero una nueva academia policial en la pequeña población de Az Zubayr, donde observó el entrenamiento en defensa personal de los agentes iraquíes. Luego conversó y saludó a agentes británicos y policías militares de Gran Bretaña, Dinamarca, la República Checa e Italia.

Horas más tarde, Blair se reunió con el gobernador de Basora, el juez Wael Abdulatif, en uno de los palacios que usó previamente Saddam y que ahora es sede de la 20 Brigada de Caballería Blindada de Gran Bretaña. Abdulatif le agradeció a Blair por ayudar a eliminar de Irak la dictadura de Saddam.

Emplazado en una terraza desde la cual se domina el río Shatt-al-Arab, Blair dijo que la reconstrucción de Irak «es una tarea difícil pero de inmensa importancia para todo el mundo».

Mientras se oía el ruido de disparos en la distancia, prometió «ayudar a Irak a convertirse en un país estable, próspero, democrático, administrado por los iraquíes bajo su soberanía y control».

Blair había visitado previamente en mayo a las tropas británicas en Basora.

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