Rafael Blanco Canto, segundo vicepresidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), planteó que si no se ordena la migración ilegal haitiana el sector más perjudicado será el turístico.
Al hacer la afirmación, destacó que los trabajadores haitianos, al finalizar la construcción de hoteles, se radican en zonas cercanas y las arrabalizan, como ocurre en Bávaro y Punta Cana, en Higüey.
Ese es un problema de máxima importancia para el desarrollo del sector turístico, la regulación de la migración haitiana, porque si no acabamos por ordenarla ésta acabará por afectar los polos turísticos del país, y la poca o mucha importancia que tenemos en la economía se va a sentir.
El empresario turístico explicó que él no está ni a favor ni en contra de la migración haitiana, pero sí en favor de que se regularice y se documente para que pueda devengar salarios dignos y cotizar en el Sistema de la Seguridad Social. En sectores como Hoyo de Friusa y Haití Chiquito, en Higüey, viven decenas de haitianos en condiciones de hacinamiento que contrastan con la majestuosidad del principal polo turístico del país situado en la región Este.
Sólo en Punta Cana se han construido, en los últimos 20 años, 38,000 habitaciones hoteleras y miles de viviendas.
¿Comodidad laboral? En el contexto de la migración haitiana y su impacto en la mano de obra dominicana, Blanco explicó que en el país se ha establecido un patrón laboral mediante el cual los dominicanos se niegan a hacer los trabajos que hacen los haitianos.
Según su teoría, eso ocurrió con el corte de caña, la recolección del café, la construcción y la venta de frutas en la calle.
Se le preguntó si esa situación no era provocada por los bajos salarios que se pagan en esos sectores, y no por prejuicios.
No es por eso, porque en la construcción muchos de esos obreros haitianos ganan más dinero que un dependiente de un colmado.
Pero no cotizan en la Seguridad Social por su condición de inmigrantes ilegales, le recordó un periodista a Blanco Canto.
Claro que sí, los que tienen documentos, pero la mayoría no puede porque el Gobierno dominicano no les da un documento de identidad, y lamentablemente no se ha aprobado el reglamento migratorio.
Mientras tanto, todos, casi todos los haitianos que viven en el país son ilegales, refirió.
El reglamento migratorio, mediante el cual se pondrían en práctica las disposiciones de la Ley General de Migración, no ha sido aprobado pese a los reclamos de diversos sectores del país.
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Monopolio
Manuel Díez cuestionó que en el transporte de carga exista un monopolio que impide la libre contratación de ese servicio. A su juicio, los empresarios están tan desprotegidos como los usuarios del transporte colectivo, pues no cuentan con la intervención del Gobierno para enfrentar los excesos de los empresarios del transporte. La Federación Nacional de Transporte Dominicano controla el servicio de fletes.