¿Blanco o NEGRO?

¿Blanco o NEGRO?

El vestido de novia siempre fue blanco?. No, es una moda relativamente reciente que popularizó la reina Victoria de Inglaterra cuando contrajo matrimonio con Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha.

En aquella época, la Revolución Industrial amenazaba a los artesanos que tejían encajes. La reina se solidarizó con ellos y escogió para su boda un encaje blanco hecho a mano.

La reina Victoria, de blanco brillante, sin corona y con velo, inauguró la era de la novia moderna.

Durante la Edad Media eran habituales los colores fuertes, sobre todo púrpuras, rojos o azules. Durante los primeros veinte años del siglo XX apareció el negro como novedad, reservado a las novias que se casaban de luto y a las mujeres de clase baja.

En España, el negro se instaló en las ceremonias nupciales dada la dificultad económica de la posguerra civil.

La boda real de Fabiola de Mora y Aragón con Balduino de Bélgica y la de Grace Kelly con Rainiero de Mónaco volvieron a poner el blanco de moda.

Como la moda es caprichosa, este año se imponen los vestidos nupciales de colores, como el malva que lució el pasado verano Beatrice Borromeo, o el negro que ha lucido en su enlace la modelo británica Liberty Ross, un fabuloso Givenchy Couture “vintage”.

El negro es el opuesto al blanco, quizá el color antes reservado para las novias más transgresoras, pero que ahora también se impone en las bodas más románticas.

Negro y negro sobre blanco. “He recuperado los vestidos de las abuelitas que se casaban con vestido negro”, dice a Efe Santos Costura, diseñador que actualiza los tocados nupciales en forma de pañuelos-caperuzas anudados al cuello.

Inspirándose en la reina María Antonieta, este diseñador propone una serie de vestidos nupciales con delicadas vainicas y encajes coloreados en negro, así como otros vestidos en tonos dorados. “Son casi más un vestido de noche que un modelo de boda”, asegura.

Aunque también propone el típico vestido clásico, de líneas limpias realizado en piqué, eso sí, realzado con una pañoleta y cinturón de paja, un complementos de aire rústico que traslada a la novia a un bonito jardín de Versalles.

También llaman la atención los detalles en negro que incluye la diseñadora Cristina Pascual en su última colección nupcial.

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