Blanco sobre blanco

Blanco sobre blanco

Mezclando los tonos de blanco: polar, sal marina, lino, cáscara de huevo… se logra   un espacio luminoso, más amplio y también rico en matices ¿Quieres más? Pues no olvides agregar a esta decoración  los espejos y las piezas de cristal para dar ese toque especial.

La elección del blanco sobre blanco es una tendencia que se impone a fuerza de simplicidad, luminosidad y elegancia. En la mayoría de los casos aporta un recurso simple e inmediato para obtener ambientes más relajados y frescos.

Cuando elegimos el blanco puro como color único, hay que tener en cuenta que esta situación puede ofrecer ventajas y desventajas. La falta de color en un ambiente saturado de blanco, por ejemplo, puede ser un problema serio para el decorador. Por ello  conviene elegir algún detalle llamativo o personal, con algo de color o variedad de texturas, que quiebre la uniformidad.

Distintas aplicaciones.  El blanco es un color frío, por tanto no debe emplearse puro en las zonas frías, es necesario matizarlo. Podemos utilizar distintas texturas de blanco que le resten frialdad, como linos, pieles sintéticas y fieltros.

Para complementar

La utilización del blanco cobró auge en los pasados años y dentro de las tendencias más recientes, según vista en  tiendas, puede observarse  que este color sigue muy fuerte. Detalles como éstos los puede encontrar en Casa Cuesta. Debemos tener en cuenta que una habitación completamente blanca desviará la atención hacia los objetos ornamentales.

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