Hoy 
POR ROSARIO TIFÁ
SAN JUAN, PUERTO RICO.- La variedad en cortes y texturas se impuso, como es costumbre en estos acontecimientos, con un arco iris de colores donde el blanco y el negro unidos a otros estridentes fueron grandes protagonistas. Propuestas que sobresalieron en la apertura del primer desfile de modas del Red Carpet Internacional Fashion Convention el jueves pasado, fueron los trabajos del dominicano Jorge Diep y del colombiano Ángel Yañez, designados esa noche para abrir y cerrar la actividad.
Diep se presentó en la pasarela tipo T montada en uno de los salones del Hotel Intercontinental San Juan, con una colección de alrededor de 50 piezas que se caracterizan por la simplicidad tanto en corte como en telas, posición que en esta ocasión se contradice con el estilo muy trabajado del autor.
Para su nueva propuesta Diep usó muchos chifones, detalles con suaves bordados, bustieres y sobre todo algunas piezas con toques en metal, seda drapeada, broches de rahinstong y gazares de seda.
Las aberturas en prolongados escotes colocados en distintas direcciones también abundaron en la ropa de Diep, detalles que no faltaron en otras producciones en una temporada marcada por un sofocante calor.
El colombiano Ángel Yañez impresionó desde su primera salida, al presentar un trabajo depurado y unas telas con una riqueza de texturas que unidas a los cortes sabiamente dirigidos marcan la figura femenina.
Yañez presenta una colección sencilla, elegante, representada en 33 piezas, con cortes simples, básicos, muy contemporáneos y con detalles muy delicados.
Algunos de los trajes cuentan con un drapeado contemporáneo en forma de nudos, en telas tan delicadas y sensibles que «se dejan manipular», a juicio del diseñador. Usó en su colección jersey de seda, crepé y chifones.
El trabajo de Yañez está inspirado en las divas del siglo XX, además, se observan en el mismo toques que van desde un recuento de la forma de vestir de Greta Garbo hasta Nicole Kidman.
En la pasarela apareció de todo, con la intervención del diseñador boricua Verona, un travesti, que luego de varias cirugías logró su propósito de convertirse en una mujer y que entró desafiante a la pasarela modelando un vestido de su colección y una larga cabellera natural recogida en forma de moño que soltó violentamente dejándola en libertad.
Su ropa está hecha acorde con su personalidad, sobrecargada de detalles, a veces, y en otras con un perfil caracterizado por un discreto exhibicionismo.
De esa manera, presentó desde conjuntos de pantalones talle bajo con sencillos topes, túnicas de un solo hombro en telas doradas y plateadas, con ceñidos pantalones y desahogadas faldas hasta camisas de hombre lucidas por los modelos masculinos con solo un diminuto calzoncillo.
El dominicano Robert Flores dio cátedra con su colección masculina, con la cual jugó un poco con la asimetría lineal, hilos bordados a mano, texturas combinables entre algodón y leder, dirigida a un hombre moderno que desea mostrar una pieza exclusiva de un profesional del diseño de modas.
Otro diseñador que presentó una colección muy variada fue el mexicano Luis H. Negrón, en la cual resaltaron los trajes largos de anchos faldones y corpiños ceñidos en la ropa de gala y gran gala y en la de coctel los vestidos, algunos trabajados en Tweed.
