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Aunque los colores  que marcan la tendencia en este verano son los cítricos, aquellos  que identifican las frutas tropicales; el blanco y el negro, como eternos de la moda, nunca  desaparecerán de ese escenario.

Estos últimos tonos  se manifiestan en las prendas de vestir e influyen en el estado de ánimo de las personas, pues cada color crea vibraciones al actuar en determinadas áreas del organismo que se traduce en alegría o tristeza, calma o ansiedad.

Y es  el caso del  blanco, que transmite  una sensación de paz y frescura, una imagen limpia, pura. Llevar un vestido blanco, o cualquier accesorio de este color, hace que la figura irradie   estos atributos espirituales.

El negro, en cambio, inclina a la tristeza y al pesimismo, pero también es el símbolo de la elegancia y ayuda a estilizar la figura. Este color se ha convertido  en  imprescindible en el armario de la mujer.

Una pieza o prenda de este color “viste” a cualquier hora, afirman  los entendidos en moda. Nos referimos a dos colores que se ven divinos mezclados en delicados estampados, sea en lunares, flores, rayas o cuadros, así como  también en lisos. 

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Combinaciones
Las combinaciones de tonos  blanco y negro vienen desde las décadas del 30 y 40, tanto en el vestuario como en el calzado. Y hasta sandalias y zapatillas usted puede obtener en las tiendas para realzar un sencillo vestido de calle o un elegante traje para una fiesta de media tarde.

Su proyección ha tocado incluso a los accesorios como collares, pulseras, aretes y carteras y a los  cinturones, que en tela o piel,  aprietan convirtiendo en cintura de avispa esa importante  parte del cuerpo humano.