Blas R. Jiménez – En la esclavitud

Blas R. Jiménez – En la esclavitud

«El verdugo siempre mata dos veces, la segunda a través del silencio». Elie Wiesel (premio Nobel de la paz).

Poco se habla y escribe sobre la esclavitud, aún cuando textos bíblicos e históricos dejan ver que la Trata de seres humanos existió desde tiempos remotos. Varias fueron las razones por las cuales hombres y/o mujeres eran sometidos a ese sistema de explotación deshumanizante. En algunas sociedades eran esclavizados los prisioneros de guerra, en otras hombres y mujeres vendían sus fuerzas y habilidades técnicas en un sistema de casta servil que les esclavizaba. Pero es en el siglo XV cuando se dan los primeros pasos para la instauración de un sistema global que degeneraría en el racismo antiafricano que arropa el quehacer intelectual de Occidente.

Debemos recordar que con las guerras que libraron los reyes católicos de España y Portugal contra los musulmanes, quienes habían dominado la mayor parte de dicha península por más de setecientos años, muchos hombres, mujeres y niños «moros» fueron capturados y esclavizados por los triunfantes cristianos, como era la usanza de la época. Probablemente muchos de estos hombres y mujeres eran de lo que hoy llamaríamos gente de color, pues en aquel mundo islámico el color no era marca significativa en las diferencias sociales.

Es importante reconocer que durante los Siglos XV y XVI, época en que la religión es utilizada para justificar la esclavitud de grupos humanos, la excusa racial es rara vez mencionada por los cronistas. Durante varios siglos los musulmanes de la península ibérica compraban esclavizados y una cantidad importante de ellos llega de los territorios esclavos (Bulgaria, Rumania, Yugoslavia, etc), los cuales eran en su mayoría paganos y estaban siendo conquistados por los musulmanes-turcos. De la esclavitud de los eslavos se origina esclavizado, como nombre para personas en situación de servidumbre obligada.

Cuando en Agosto de 1444 una media docena de carabela portuguesa desembarco un cargamento de esclavizados comprados o capturados en la costa occidental africana, había entre ellos algunos bastante blancos, otros rubios, morenos y tan negros como etíopes. Debemos recordar que en aquella época, en Europa, capturar gente y esclavizarla era una costumbre. En la península ibérica los musulmanes se creían justificados por el Corán para esclavizar cristianos y los cristianos hacían lo mismo con los musulmanes.

La Trata de esclavizados africanos, iniciada por los navegantes portugueses en la primera mitad del Siglo XV, creció con el aumento de los viajes a la costa occidental del continente y fue sustituyendo paulatinamente el comercio esclavista de las caravanas del mundo islámico y los botines de guerra de la reconquista cruzada. Ya en 1475 había bastante esclavos africanos en España para que fuese necesario un juez especial para negros y loros, como se llamaba a los mulatos. Este magistrado, Juan de Valladolid, que era africano negro, había formado parte antes del personal de la corte», Hugh Thomas en su obra «La Trata de Esclavos».

En la historia de la exploración portuguesa de la costa occidental de Africa están ocultas las huellas de un proceso que gestaba la implementación de un sistema económico global sustentando en la fuerza laboral africana-esclavizada. Las que fueran las principales fuentes para el comercio de esclavizados, desde Ceuta hasta el cabo de Buena Esperanza, fueron visitadas por portugueses antes de que el genovés, casado con una portuguesa y navegando con bandera de los reyes de Castilla y Aragón (Cristóbal Colón) emprendiera su primer viaje hacia estas tierras de Tainos Caribes, en su intento inútil de llegar a la India.

De aquel primer viaje de Cristóbal Colón hemos escuchado muchas cosas, algunas buenas y otras malas. Algo que nos preocupa es que nadie nos cuenta si había con él hombres africanos libres o esclavizados. Todos nos dicen que saltó de Sevilla, hacia las Canarias vía Cádiz. Si Sevilla y Cádiz tenían mucha gente de ascendencia africana, tenemos que inferir que con él llegaron africanos, al menos que Colón discriminara.

La verdad histórica de que la esclavitud no tenía una justificación de color en su origen es importante si vamos a comprender el papel que jugó la esclavitud de la fuerza laboral africana en la construcción de lo que somos hoy como Sociedad Occidental y de lo que tenemos que hacer para combatir el racismo que obstruye la construcción de un mundo incluyente de muchos y muchas diferentes.

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