PARÍS (EFE).- El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, aprovechó la reunión del Comité Ejecutivo ayer en París para arreglar cuentas pendientes con el G-14, al que impuso el Mundial de clubes, y con la Agencia Mundial Antidopaje, con la que mantiene discrepancias respecto al Código Mundial Antidopaje (CMA).

A dos días de la celebración del Congreso del centenario de la FIFA en París, la ciudad donde hace cien años nació la organización, Blatter aprovechó para poner en hora los puntos calientes de la institución.

Blatter anunció la organización definitiva del Mundial de clubes, que los dos próximos años se disputará en Japón en sustitución de la llamada Copa Toyota y que reunirá a los ganadores de las competiciones continentales de cada confederación.

Las confederaciones continentales acordaron la celebración del Mundial de clubes en Japón entre el 11 y el 28 de diciembre de 2005, con un total de siete partidos, de los que los representantes de Europa y Sudamérica sólo jugarán dos y que tendrá 15 millones de euros en premios.

El presidente de la FIFA no desaprovechó la oportunidad de criticar al G-14, el grupo que reúne a los 18 clubes más ricos de Europa y que consideran que esta nueva competición sobrecarga un calendario ya bastante repleto.

Blatter censuró que el G-14 haya acudido a la Comisión Suiza de la Competencia, una acción que calificó de «falta de disciplina y de respeto», ya que, en su opinión, «los problemas en una familia deben arreglarse dentro, si no es un divorcio».

Afirmó que el recurso ante la justicia suiza «es posiblemente la última munición que les queda» y llamó la atención sobre «la situación financiera de algunos clubes y de algunos de sus dirigentes, que si no están en prisión están implicados en casos judiciales».

El Mundial de clubes, competición organizada por la FIFA, sólo se ha celebrado en una ocasión, en Brasil en 2000.

Al año siguiente, cuando estaba previsto que se celebrara en España, fue suspendido por un problema de derechos de televisión y, desde entonces, la FIFA busca una reforma para volver a ponerlo en funcionamiento.

El otro gran caballo de batalla que mantiene la FIFA es la firma del Código Mundial Antidopaje de la AMA, con la que mantiene una discrepancia sobre la aplicación de las sanciones, lo que le convierte en una de las pocas federaciones internacionales que todavía no lo ha rubricado.

Mientras la AMA considera que todo deportista positivo debe recibir una sanción de dos años, la FIFA piensa que esta sanción automática puede acarrear problemas jurídicos que, dados los elevados sueldos del mundo del fútbol, pueden tener importantes repercusiones económicas.

Blatter indicó que hace unas semanas había un acuerdo total, pero la AMA se ha echado atrás a última hora, lo que hace que las negociaciones continúen y pone en peligro la firma del Código durante el Congreso de París.

La FIFA había previsto que todo se firmara en París, para lo que se iban a desplazar a la capital francesa los presidentes del COI, Jacques Rogge, y de la AMA, Dick Pound.

Blatter, que dijo ser «optimista» sobre un desbloqueo de la situación, no quiso referirse a las repercusiones que tendría en el fútbol la ausencia de un acuerdo y su posible ausencia de los Juegos Olímpicos de Atenas.

«A nosotros no nos han comunicado oficialmente que no firmar el Código Mundial Antidopaje sea sinónimo de estar ausentes en Atenas, eso lo hemos sabido por la prensa. Pero creo que el mundo entero y, sobre todo, el comité organizador de Atenas no entendería la ausencia del fútbol cuando ya se han vendido 400.000 entradas», advirtió.

El Comité Ejecutivo anunció también la admisión de la Federación de Nueva Caledonia como nuevo miembro de la FIFA, al tiempo que se suspendieron las sanciones que pesaban sobre Guatemala.