Bloque Progresista, como ovejas sin pastor

Bloque Progresista, como ovejas sin pastor

Ante la muerte del gran conquistador griego Alejandro Magno, el imperio que a su corta edad había construido se sometió a una profunda división que luego le costó ser rápidamente sustituido en el poder mundial por otra potencia, que aunque tuvo figuras egregias, fundamentaba su poderío en las grandes instituciones que diseñó; me refiero al poderoso imperio Romano.

Para los hombres más cercanos al imberbe guerrero, el no contar con el líder que les garantizaba la cohesión y la conservación de las bonanzas que consigo trae el estar en la cima, significaba ver extinguidas las razones para seguir caminando juntos y cada uno asumió un pedazo del pastel, de acuerdo a sus habilidades bélicas y hasta de negociación, pues al ver a su pastor herido, fueron esparcidos como ovejas.

Similar escenario se nos presenta en el espectro político nacional. El Bloque Progresista, integrado por un grupo de partidos que hasta ahora su única cosa en común ha sido la atracción que sobre ellos ejerce el liderazgo del presidente Fernández, se encuentra como ovejas sin pastor, pues la no participación en las elecciones del año 1012 de a quien ellos consideran su eje de simetría, ha desatado todo tipo de propuestas y análisis probabilísticos.

En tal sentido se ha planteado hacer primarias a lo interno del Bloque, o sea, que todos los que aspiran a la nominación presidencial, cuyas organizaciones políticas sean parte del mismo, participen en calidad de precandidatos en un proceso donde se pueda votar con un padrón electoral integrado por los miembros de todos los partidos que lo integran. De esta posición se induce que no se garantiza el apoyo a ningún candidato que no se someta al referido procedimiento.   

Las ovejas sin pastor suelen buscar pasto en cualquier lugar y se quedan en el redil que se lo garantice.

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