Bloqueo a Haití no debe incluir rutas aéreas ni marítimas

Bloqueo a Haití no debe incluir rutas aéreas ni marítimas

La desautorización categórica y de Estado al ilegal intento privado de sustraer caudal a un río que nace en República Dominicana quedaría expresada suficientemente con un cierre que se limite al tráfico fronterizo de todo género a través de tierra firme que es en la que se lesiona la soberanía y se agrede al orden público interno con tráficos aupados por mafias de armas, drogas e inmigrantes. Zonas limítrofes en la que además persiste la cercanía de sanguinarios pandilleros a consecuencia de un destructivo vacío de autoridad en Haití que es, precisamente, lo que da pie a que intereses particulares se propongan apoderarse de un recurso natural local.

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Ir más allá, cerrando las vías convencionales de aire y mar de los intercambios internacionales sería autoflagelarse con drasticidad bloqueando la exportación de mercaderías hacia el segundo destino importante de la producción nacional y de notable ventaja comparativa. Este es el momento de estimular el crecimiento de tratos mercantiles que no sigan tan pedestremente atados a carreteras y plazas desordenadas que dos días a la semana suprimen controles fronterizos migratorios y policiales para el libre ingreso de multitudes de compradores a ciudades nacionales.

La dignidad nacional debe estar en pie con estrictos ceses de ingresos por puertas territoriales y de la expedición desbordada de visas negadoras del supuesto interés de regular la inmigración. Una entrega masiva de derechos a entrar que no se concede a ningún otro país.

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