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El Banco Mundial advirtió que el país debe priorizar la adaptación al cambio climático debido a los impactos esperados en la industria turística, la pesca, la agricultura y la producción de agua por las elevaciones de temperatura, del nivel de mar y de las sequías, que aumentarán en los próximos años.
Tal conclusión se expresa en el informe Desarrollo con menos carbono: respuestas latinoamericanas al desafío del cambio climático, presentado en el hotel Hilton de esta capital con los auspicios del Consejo Nacional para el Cambio Climático y el Mecanismo de Desarrollo Limpio.
Al presentar el informe Pablo Fajnzylber, economista del Banco Mundial señaló que el cambio climático se aprecia, entre otros efectos, en el aumento de las temperaturas en más de un grado centígrado y en la mayor frecuencia de climas extremos en la forma de huracanes y lluvias intensas que han experimentado especialmente América Central y el Caribe.
Dada la vulnerabilidad significativa de la República Dominicana a los impactos anticipados del cambio climático y la contribución muy modesta del país a las emisiones de gases de efecto invernadero, la prioridad debería ser la adaptación al cambio climático, con énfasis en los sectores identificados como más vulnerables (agua, turismo, agricultura, energía e infraestructura), dijo Fajnzylber,
El estudio sugiere que los países de la región adapten sus propias estrategias de crecimiento y reducción de la pobreza para minimizar los impactos negativos en la población. Esto implica adaptar los sistemas de protección social y manejo de los recursos naturales a los nuevos desafíos creados por el cambio climático.
Según Walter Vergara, especialista del Banco Mundial en Cambio Climático para el Caribe, esa entidad ha creado en algunas islas de la región redes de monitoreo de los ecosistemas marinos que son muy vulnerables. Todavía en el país no hay ninguna.
Las claves
Recursos
Para responder al desafío del cambio climático, en la República Dominicana el Banco Mundial financia un proyecto de recuperación de emergencia y gestión de desastres de US$80 millones y otro de rehabilitación de la red de distribución electrica de US$42 millones. Cuenta con un fondo regional de US$6 mil millones para tecnologías de baja intensidad.
