Washington (EFE).- La capitalización de los mercados bursátiles emergentes va camino de superar este año los cinco billones de dólares por primera vez en la historia, según un análisis de la Corporación Financiera Internacional (CFI). Los flujos récord de fondos hacia las bolsas emergentes y el creciente interés de los inversores institucionales en esos mercados son los factores que propician la mayor capitalización, señala el análisis de la CFI, corporación perteneciente al Banco Mundial (BM).
El tamaño de los fondos de inversión de los mercados emergentes, ya sea por volumen de activos o como porcentaje del PIB es ahora más del doble que los niveles registrados en 1997, indica la CFI, organismo dedicado a la inversión en el sector privado.
El flujo de capital privado hacia los países en desarrollo -que se estima que alcance este año los 350.000 millones de dólares- es más de cuatro veces mayor que el total de ayuda financiera internacional, según el informe.
La CFI afirma que este promete ser un año excepcional para el desempeño de los emergentes, aunque también hace una llamada a la cautela al asegurar que existen grandes desafíos en el terreno de la estabilidad macroeconómica, el gobierno corporativo y los temas medioambientales y sociales.
Los mercados emergentes han demostrado que pueden mantener un crecimiento elevado y atraer capital. Existe un tremendo dinamismo, señaló Lars Thunell, vicepresidente ejecutivo de la CFI en un comunicado de prensa, si bien puntualizó que el crecimiento es desigual, y hay una enorme agenda incompleta.
Según Thunell, los países en vías de desarrollo necesitan utilizar mejor los mecanismos de mercado para reducir la pobreza, hacer frente a las necesidades sociales y preservar el medioambiente.
En ese sentido destacó que cada vez más organizaciones (…) consideran un enfoque empresarial del desarrollo. Se preguntan cómo pueden aprovechar el potencial del capital privado y la libre empresa para generar el cambio necesario, dijo Thunell.
Entre las medidas a implementar, la CFI sugiere el fortalecimiento de las instituciones financieras nacionales, así como el mejor funcionamiento de los mercados locales de divisas.
Un portavoz del Banco indicó a EFE que resulta crucial también el mayor acceso a créditos a largo plazo por parte de las empresas de los países emergentes.
Thunell consideró importante, asimismo, la mejora del gobierno corporativo para que las compañías que están creando puestos de trabajo en las naciones en desarrollo tengan la posibilidad de acceder a los mercados globales de capitales.
La CFI prevé que el crecimiento económico en los países en desarrollo oscile entre el 5,5 y el 5,9 por ciento en 2006.
La institución destaca, de todos modos, que existe un enorme potencial que no ha sido explotado, en referencia a la actividad informal, no regulada y exenta de impuestos, que supone entre el 40 y 80 por ciento de la economía de los emergentes, dependiendo del país, según la CFI.
Con el fin de llegar a los empresarios que operan en el sector informal, así como a las pequeñas y medianas empresas, la CFI aumentó significativamente el volumen de microcréditos, que supera en la actualidad los 320 millones de dólares en 43 países, según la institución.
El brazo inversor privado del Banco Mundial recuerda que la burocracia y los retrasos administrativos suponen un gran lastre para la creación de empleos y el crecimiento económico de muchos países en vías de desarrollo.
La CFI indica, por ejemplo, que en países como Brasil, Indonesia o Mozambique registrar una nueva compañía con el gobierno puede llevar más de cinco meses, más de 10 veces que en un país desarrollado.
El organismo es una de las principales fuentes de financiación de los países en desarrollo.
Desde su creación en 1956, la CFI aportó, según sus propios datos, 49.000 millones de dólares de sus fondos en financiación y organizó la concesión de préstamos sindicados por 24.000 millones de dólares a un total de 3.319 empresas en 140 países emergentes.