BM: pobres necesitan baños, no solo móviles

BM: pobres necesitan baños, no solo móviles

Andrew Mayeda

Las familias más pobres del mundo tienen más probabilidades de tener teléfono móvil que baños o agua limpia. Esto no necesariamente les ha mejorado la vida, según un nuevo informe del Banco Mundial.

La cantidad de usuarios de Internet aumentó a más del triple a 3.200 millones en una década a fin del año pasado, lo que representa más del 40 por ciento de la población del mundo, indicó el banco de desarrollo con sede en Washington en un informe dado a conocer el pasado miércoles y titulado “Digital Dividends” (Dividendos digitales).
Si bien la expansión de Internet y otras tecnologías digitales ha facilitado las comunicaciones y promovido una sensación de comunidad mundial, no ha generado las mejoras generalizadas en la productividad que muchos esperaban, destacó la institución de préstamo.

También defraudó las expectativas de creación de más oportunidades para los más pobres del mundo y de difusión de un “funcionamiento responsable de las instituciones”.
“La totalidad de los beneficios de la transformación de la información y las comunicaciones no se hará realidad si los países no siguen mejorando su clima de negocios, invierten en la educación y la salud del pueblo y propician una buena gobernanza”, sostenía el informe.

“En los países donde estos elementos fundamentales son débiles, las tecnologías digitales no han aumentado la productividad ni reducido la desigualdad”, manifestó.
La opinión del Banco Mundial contrasta con el optimismo de empresarios tecnológicos como Mark Zuckerberg y Bill Gates, que aseguran que el acceso universal a Internet es fundamental para eliminar la pobreza extrema.

“Cuando la gente tiene acceso a las herramientas y el conocimiento de Internet, tiene acceso a oportunidades que mejoran la vida de todos nosotros”, decía una declaración firmada el año pasado por Zuckerberg, Gates y otras figuras como Richard Branson y Bono.

No suficiente. Según el Banco Mundial, conectar al mundo debe ser considerado algo “esencial pero no suficiente” para sacar a las personas de la pobreza.
La entidad de préstamo para el desarrollo aspira a reducir la pobreza extrema –que se define como el vivir con un ingreso inferior a US$1,90 por día- a 3 por ciento en todo el mundo para 2030.
En los mercados sin suficiente competencia, las tecnologías digitales pueden dar lugar a monopolios, lo que reduce la innovación, expresó el banco. Si bien Internet permite automatizar muchas tareas, puede crear más desigualdad si los trabajadores carecen de las aptitudes necesarias para aprovechar los avances tecnológicos. Y, cuando a los gobiernos no son responsables, la difusión de Internet puede permitirles ejercer mayor control.

En muchos países en desarrollo, Internet y el acceso a la telefonía móvil insumen una gran parte de los ingresos. Es más, algunos países no tienen sistemas educativos que permitan a las personas usar Internet.

En Mali y Uganda, alrededor de las tres cuartas partes de los alumnos de tercer grado no pueden leer, señaló el Banco Mundial.

“Como no es de extrañar, los que tienen más educación, están mejor conectados y son más capaces han recibido la mayor parte de los beneficios” de la expansión digital, dice el informe del BM.

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