El Directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó ayer 120 millones de dólares para ayudar al país al desempeño financiero de las tres empresas distribuidoras de electricidad (Edes), para aumentar el acceso de electricidad en las comunidades identificadas. El plan beneficiaría a más de un millón de dominicanos.

El financiamiento apoyará dos ejes importantes del plan estratégico de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas estatales (CDEEE), reducir pérdidas y mejorar el servicio de las empresas distribuidoras.

El proyecto de la CDEE impactaría en el Gran Santo Domingo, San Cristóbal, Santiago, La Vega, Puerto Plata y San Francisco de Macorís. El financiamiento tendrá un período de vencimiento a 20 años.

“Además estos recursos contribuirán a la solución del problema eléctrico a nivel nacional”, dijo Rubén Jiménez Bichara, vicepresidente de la CDEEE, dice un reporte del organismo financiero.

Según Bichara, el sector energético se considera una parte esencial y básica para el crecimiento del país puesto que la falta de energía obstaculiza los negocios en el país.
Sin embargo, dijo que a pesar de tantas reformas, la nación cuenta con un extendido programa de apagones por motivos de una medición, facturación y sistema de cobro ineficaz.

El informe establece que en razón de este problema, el déficit del sector eléctrico creció de US$700 millones en 2010 a US$1.3 mil millones en 2014, un 2% del PIB.

En tanto, Sophie Sirtaine, directora del Banco Mundial para el Caribe sostuvo que al aumentar el acceso a electricidad en todos lo sectores del país mejorará la calidad de vida en los barrios pobres, y los fondos permitirán la ampliación de un proyecto que ya benefició a más de 100,000 dominicanos en el área metropolitana de Santo Domingo.

En conclusión, el Proyecto de Modernización, Red de distribución y reducción de pérdidas eléctricas ayudaría a rehabilitar 1,003 kilómetros de redes de distribución para mejorar la interconexión eléctrica de más de 120,000 clientes en áreas prioritarias.
Además reduciría las pérdidas comerciales mediante la instalación de más de 138,000 medidores remotos y la conversión de más de 73,000 usuarios ilegales a clientes regulares. Contempla el aumento de las horas de suministro de electricidad para servicios de 24 horas a todos los clientes en los circuitos intervenidos.