BM prevé que Latinoamérica crecerá un 3,8% en 2004

BM prevé que Latinoamérica crecerá un 3,8% en 2004

WASHINGTON (EFE).- América Latina crecerá en 2004 en torno al 3,8 por ciento, gracias a un aumento de las exportaciones y la recuperación en Brasil y México, según un informe del Banco Mundial (BM) divulgado hoy.

El informe anual «Financiación del Desarrollo Global 2004», dado a conocer con ocasión de la Asamblea de primavera del BM y el Fondo Monetario Internacional (FMI) el próximo fin de semana, indica que el crecimiento para este año alcanzará el 3,8 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que en 2003 fue del 1,1 por ciento y en 2002 la economía regional se contrajo el 0,6 por ciento.

Si se excluyen países que registran un fuerte crecimiento tras graves crisis, como es el caso de Argentina o Venezuela, los países que muestran un mayor aumento son los del grupo andino, donde tanto Chile como Colombia y Perú registraron incrementos superiores al 3 por ciento.

En todo el mundo, el crecimiento económico alcanzó el 2,6 por ciento el año pasado y se prevé que llegue al 3,7 por ciento este año, explica el informe.

Según el economista jefe del Banco Mundial, Francois Bourguignon, «el crecimiento en América Latina ha sido lento en parte a causa del diferente comportamiento de los países, pero ahora parece que la recuperación va a extenderse, en particular después de ganar impulso en Brasil y México a finales de 2003».

Según el economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Guillermo Perry, «ahora que la región vuelve a crecer tras varias conmociones externas desde 1999, América Latina debe aprovechar esta oportunidad para reducir sus vulnerabilidades macroeconómicas, y avanzar en sus reformas estructurales para sustentar el crecimiento a largo plazo».

Al contrario de lo que ocurre en otras regiones en desarrollo, el crecimiento en América Latina se basó en un aumento de las exportaciones netas, que representaron un punto porcentual del crecimiento.

Sin embargo, la demanda y el gasto interno se contrajeron, lo que recortó el déficit por cuenta corriente de 53.000 millones de dólares a 4.500 millones el año pasado.

El informe advierte de que, a medida que se recupere la demanda interna, crecerán las importaciones, por lo que debe evitarse el riesgo de un deterioro de la balanza externa mediante políticas fiscales prudentes.

«El desafío es alcanzar un ritmo sostenido de crecimiento, especialmente mejorando la productividad, y evitar tentaciones como el endeudamiento excesivo, en un contexto de dólar débil y una disminución del riesgo-país», explicó el autor principal del informe, Mansoor Dailami.

Según Dailami, «el principal riesgo que presentan las perspectivas para la región es un aumento repentino de los tipos de interés internacionales».

El documento dedica una mención especial a Argentina y destaca que el proceso para la reestructuración de su deuda soberana, que alcanza en torno a los 88.000 millones de dólares, puede influir en cómo se perciba el riesgo de inversión en el país.

El informe destaca también que los flujos de recursos financieros netos han caído drásticamente en la región desde los 138.000 millones de dólares en que se encontraban hace seis años a los 38.000 millones de 2002. El año pasado se estabilizó en 46.000 millones.

La inversión extranjera directa se contrajo del 5 por ciento del PIB regional en 1998 al 2 por ciento en 2003, en parte por el final de la etapa de privatizaciones y los problemas económicos en Brasil y Argentina.

Aun así, cinco países latinoamericanos -Chile, Argentina, Brasil, México y Venezuela- se encuentran entre los diez mayores receptores de inversión foránea, expone el documento.

Desde finales de la década de 1990, la inversión extranjera directa a la región se ha reorientado de las manufacturas al sector servicios, agrega.

Destaca también que América Latina sigue siendo la principal receptora de las remesas que envían los emigrantes de países en desarrollo: en 2003, los envíos a la región crecieron en un diez por ciento y se situaron en 30.000 millones de dólares.

El Banco Mundial alerta también sobre la caída en inversión internacional en infraestructuras en la región, que alcanza al 70 por ciento desde 2001, y recuerda que la existencia de esas infraestructuras «es necesaria para atraer inversión extranjera directa».

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