Tuvo que esperar 50 años de carrera, pero Bob Dylan pudo ayer por fin cantar en la China comunista, aunque lo haya hecho con casi 70 años a sus espaldas y sin entonar sus himnos políticos más famosos, The times they are a-changing y Blowing in the wind.
Algo que no pareció importarle al público de Pekín que vibró emocionado y respondió con ovaciones, especialmente cuando interpretó otra de sus canciones más populares, Like a rolling stone. Unas 10.000 personas, aproximadamente el 90 por ciento del aforo, asistieron al histórico concierto en el Gimnasio de los Trabajadores pequinés. (Efe)