BOBBY CAPÓ ¿Dominicano?

BOBBY CAPÓ ¿Dominicano?

Bobby Capó, afamado cantante y compositor puertorriqueño fallecido en 1989 en Nueva York,  actuó aquí por primera vez en la década de los años cuarenta con motivo de la celebración de la Semana Aniversario de La Voz Dominicana. Para entonces, el autor de estas líneas era un niño de muy corta edad. Mis padres y mis tíos estaban muy ligados al mundo del espectáculo.

Eran dueños de una de las grandes librerías y  patrocinaban artistas que actuaban en La Voz Dominicana, propiedad de Petán Trujillo. Recuerdo la actuación de artistas como Néstor Chayres, libertad Lamarque, Eva Garza, el Charro Gil y sus Caporales, Pedro Infante, Bobby Capó y otros no menos famosos. Con Bobby Capó pasó aquí un incidente digno de ser novelado. Una señora dominicana oriunda de La Romana llamada Filomena Trinidad había estado casada con un señor puertorriqueño de apellido Rodríguez, empleado del Central Romana, con quien tuvo dos hijos, Filomena y Manuel de Jesús, a este último le llamaban Bobby.

El marido de Filomena se marchó para su tierra natal llevándose sus dos hijos. Jamás doña filomena volvió a saber de él. Pasaron 20  años, hasta que en una presentación de Bobby Capó por la Voz Dominicana, doña Filomena le oyó decir al afamado artista puertorriqueño que su nombre era Manuel de Jesús Rodríguez, que su padre del mismo nombre había trabajado en el Central Romana, y que había nacido en una fecha que, por casualidad, era la misma de nacimiento que la del hijo de doña Filomena.

De inmediato, doña Filomena se trasladó a la capital y se presentó a la Voz Dominicana en procura del afamado artista. Una vez frente al mismo y observando una mancha de nacimiento que el cantante boricua tenía en el brazo derecho, doña Filomena exclamó: “¡Bobby Capó, tu eres mi hijo!”  Imagínese usted, amigo lector, el escándalo que  se armó. El artista  llamó a su madre a Puerto Rico para contarle lo sucedido, a lo que ella respondió:  “dígale a esa dominicana que yo recuerdo muy bien el día que te parí”. Al otro día de ese incidente, se encontraban en la librería De La Rosa, Néstor Chaires, Bobby Capó y don Paco Escribano y otros artistas. Quien esto escribe observaba desde lejos.

En esos tiempos, a los niños no se les permitía participar en las conversaciones de los mayores. Bobby Capó lucía muy triste. En ocasiones parecía que lloraba. Recuerdo que don Paco le dijo: No te apures Bobby,  nadie puede tener dos madres. Y señalando a uno de los artistas presentes, don Paco Escribano expresó más o menos lo siguiente: Si se nos antojara averiguar quién fue el padre de éste, tendríamos que interrogar a casi todas las gentes de Villa Francisca.

La noticia de que una mujer dominicana podría ser la madre de Bobby Capó corrió por todo el continente. Un titular del periódico El Imparcial de Puerto Rico decía: “Madre de Bobby Capó podría ser dominicana”.

Este asunto se complicó más por unas declaraciones de la progenitora del afamado artista puertorriqueño confirmando que era cierto que su esposo había laborado en el Central Romana; también que su hijo Bobby había nacido en la misma fecha que la del hijo de Filomena Trinidad y que ambos tenían una mancha  de nacimiento en el brazo derecho. Y, para colmo, la dama puertorriqueña declaró que el acta de nacimiento de su hijo se había extraviado.

El gobierno dominicano nombró una comisión para acompañar a Filomena Trinidad a Puerto Rico en procura de quien entendía que era su hijo: Bobby Capó. En el aeropuerto de San Juan, Puerto Rico, aguardaba junto a periodistas, la madre de Bobby Capó.

Lo primero que hizo la comisión fue indagar el paradero de Manuel de Jesús Rodríguez, esposo puertorriqueño de doña Filomena Trinidad, pero  ese señor ya había muerto. Lo demás resultó fácil. Los hijos de doña Filomena fueron localizados. El varón Bobby no era cantante, era carpintero; y la hembra era dueña de una farmacia. El caso quedó definitivamente cerrado, Bobby Capó no era dominicano ni hijo de doña Filomena Trinidad.

El asunto  terminó como los cuentos de hadas, todos contentos y felices: doña Filomena encontró sus dos hijos, y la verdadera madre del afamado artista puertorriqueño probó que no mentía. ¡Qué coincidencia!

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