Boca Chica y los titubeos de su elocuente alcalde

Boca Chica y los titubeos de su elocuente alcalde

Dos personas heridas. Otra que había sido lastimada dos días antes. Pero para ellos no sucede nada. Todo está bien, dicen, tal vez por no reconocer una situación que pondría en aprietos su modo de vida. Para el turismo, todos lo sabemos, nada peor que la delincuencia.

Sólo así se entiende que dos empresarios turísticos y el alcalde de Boca Chica, Daniel Ozuna, hayan dicho que la delincuencia no ha aumentado allí, a pesar de que dos turistas italianos fueron apuñalados en un atraco y los hoteleros, empleados y moradores se quejen amargamente por la situación. Hasta el ministro de Turismo, Francisco Javier García, hizo un llamado al respecto.

Si la declaración inicial se oía mal, resulta inconcebible que al día siguiente el alcalde hiciera un llamado a los hoteleros para que adviertan a sus clientes a qué hora y a qué lugares pueden ir. Esa declaración, por sí sola, ya es una forma de asumir y advertir que hay problemas.

Ozuna, como siempre sucede, quiere jugar con la inteligencia de la gente. ¿Será para no reconocer que las autoridades, él incluido, están fallando?

Para nadie es agradable que la Policía tome un lugar para garantizar la seguridad. Sin embargo, eso es preferible que seguir escuchando testimonios lamentables. Hay que corregir la situación. Pero jamás podrá hacerse si los responsables de ello niegan lo que sucede.

En República Dominicana tenemos que dejar atrás la vieja práctica de ocultar las dificultades como si, al ignorarlas, no existieran. Hay que recordar que aquello que no se resuelve siempre empeora. ¿Queremos eso con Boca Chica?

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