Para los dominicanos que residen en el país la crisis es importada. Para los bodegueros  de la misma nacionalidad que operan en Nueva York, los problemas son duros y locales. Tienen que pagar alquileres más altos, la factura de electricidad ha subido en un 70%, y  productos como la leche son  más caros reduciéndose fuertemente el margen de beneficios.

  NUEVA YORK.  Bodegueros dominicanos en esta ciudad enfrentan una serie de problemas como consecuencia de multas arbitrarias, aumentos frecuentes de los precios de los artículos de la canasta familiar, que compran a compañías distribuidoras, por alquiler de los locales y  por la alta facturación del servicio de electricidad.

Elvis Hernández, Frederich Fernández, Ramón Murphy y Antonio Díaz dijeron que la situación para el sector es preocupante y pidieron la intervención de legisladores a fin de que se coordinen trabajos tendentes a proteger tanto a ellos como a los consumidores, a quienes trasladan los incrementos de los precios.

Murphy, quien tiene una bodega en el 134 de Hamilton Play, en el Alto Manhattan de  sde hace once años, puso como ejemplo que el galón de leche lo compraban hace 10 años con US$1.50 y hoy día cuesta US$3.93, recibiendo solo un margen de beneficio de 20 centavos cuando lo compra el cliente.

Indicó que el Concejo Municipal de Nueva York quiere que el galón de leche sea vendido por los bodegueros a US$3.79, lo que es imposible porque los bodegueros no podrían subsistir ni ofrecer un servicio a la comunidad.

Murphy, sugirió que los dueños de los edificios no contribuyan con el cierre  de bodegas al no renovar los contratos de alquiler de locales y por el contrario renovarlos sin aumentar el costo de la renta.