Bogotá asistirá a Kabul en batalla contra las drogas

Bogotá asistirá a Kabul en batalla contra las drogas

POR ANDY WEBB-VIDAL
En Bogotá

Colombia, el mayor productor de cocaína, puede ayudar mediante un programa de entrenamiento permanente a Afganistán, el mayor suplidor mundial de heroína, para combatir el flujo de drogas ilegales.

Un acuerdo sobre ese plan pudiera seguir al regreso el fin de semana de una misión exploratoria a Kabul de cuatro miembros de la policía anti-narcóticos de Colombia, y la llegada programada a Bogotá el martes de Said  Tayeb Jawad, el embajador de Afganistán en Washington.

La Policía colombiana ha incrementado los esfuerzos contra las drogas bajo un programa respaldado por Washington del presidente Álvaro Uribe, quien esta semana empezó su segundo periodo de cuatro años.

El área cultivada con coca en Colombia, el arbusto del cual se deriva la cocaína, se ha reducido de cerca de 358,000 acres en 2001, a 212,000 el año pasado, de acuerdo con cifras oficiales. Colombia está a punto de barrer con las plantaciones de amapola, de donde se extrae la heroína.

En Afganistán, los cultivos de amapola se han incrementado en los últimos años, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas, de cerca de 30,000 acres en 2001, a unos 250,000 acres el año pasado, lo que representa un gran problema para el gobierno del presidente Hamid Karzai.Bogotá tiene interés en compartir su experiencia anti-drogas con Afganistán, y esa perspectiva ha sido promovida por José Serrano, el embajador de Colombia en Viena.

Algunos miembros del Congreso de Estados Unidos, como Nehry Hyde, el presidente republicano del comité de relaciones internacionales de la Cámara, además del gobierno británico, también han respaldado la idea.

Dennis Hastert, vocero de la Cámara de Representantes, dijo en una carta la semana pasada al general Jorge Castro, el jefe de la Policía de Colombia, que, como resultado de la iniciativa, “las fuerzas afganas que combaten el terrorismo en su país están mucho mejor preparadas para combatir el creciente comercio de opio en la región”.

La Policía de Colombia encontró que las plantaciones afganas de amapola estaban protegidas por grupos armados similares a los de Colombia, donde los campos de coca y los laboratorios están en gran parte controlados por la guerrilla y grupos paramilitares.

Un miembro del equipo policíaco colombiano dijo al Financial Times que ellos también vieron pruebas de que los correos humanos, o “mulas”, estaban utilizando el mismo método para transportar las drogas fuera del aeropuerto de Kabul, como hacían desde Bogotá.

“El problema que ustedes tienen [en Afganistán] es muy similar al que tenemos en Colombia”, dijo el teniente coronel Oscar Atehortúa, quien dirigió el equipo que viajó a Kabul. Los borradores del plan incluyen enviar instructores de la Policía colombiana a Kabul y que oficiales de la Policía afgana pasen entrenamiento en Colombia.

Sin embargo, un elemento controvertido de los esfuerzos anti-narcóticos es la fumigación aérea con herbicidas, que se empleó extensivamente en Colombia, pero que resultaría más complicado en Afganistán, dijeron expertos.

El negocio ilegal de heroína emplea muchas más personas y constituye una proporción mayor de la actividad económica en Afganistán que en Colombia, lo que convierte medios de vida alternativos para los cultivadores de amapola en algo más trascendental.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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