Bogotá, entre brumas y ladrillos

Bogotá, entre brumas y ladrillos

Bogotá, Colombia. Entre edificios de ladrillos armoniosamente diseñados, un clima fresco, un cerco de verdes montañas  y una taza de aromático café se amanece en  Bogotá, la capital colombiana.

Luego de pasar tres días recorriendo esta ciudad, me atrevo a decir que  es una de las grandes desconocidas de América Latina. Aparentemente  las noticias negativas crean una especie de bruma sobre la realidad habitual de Colombia que a veces nos impide ver cómo es el día a día de sus habitantes.

Y es que en esta  metrópoli el conocimiento y la diversión son inagotables. Los amantes de la historia y la arqueología pueden deleitarse en el Museo de Oro observando las piezas elaboradas en oro  y barro  que pertenecieron a  seis tribus indígenas.

Tanto éste  como el  Museo Botero están situados en La Candelaria, centro histórico y cultural de Bogotá. El Botero alberga una numerosa colección de obras donadas a Colombia por el artista Fernando Botero con la intención de difundir las artes y la cultura en su país natal.

Los creyentes también tienen espacio aquí, pues en esta área se encuentra  la Catedral metropolitana de Bogotá. En La Candelaria, que es el área colonial,  se encuentra el palacio de gobierno, cuya infraestructura es sencilla. Justo al frente queda la Plaza Bolívar,  construida en honor al valiente general Simón Bolívar, el Libertador, por su lucha a favor de la independencia  de  varios países  latinoamericanos, entre ellos Colombia.

La zona colonial es cuna de bohemios, y las casas construidas en esa época  se han convertido en hoteles, bares y restaurantes. El área también es  recurrida para filmar telenovelas.

Tomó su decisión
Para nadie es un secreto que durante muchos años, Colombia ha cobrado fama de ciudad “peligrosa”,  sin embargo  los colombianos decidieron cambiar su realidad local y mostrar al mundo las bondades que tienen y la mil maneras de hacer turismo que hay en ellas. Esto lo han hecho a través de Proexport Colombia bajo los lemas: “Colombia, el riesgo es que te quieras quedar” y  “Colombia es pasión”. “Este programa de promoción turística es un esfuerzo tanto del sector público como privado”, explicó Julio César Galvis, director de Comunicaciones de Imagen País, de Proexport.

La gente colombiana 
Los colombianos expresan amor por su tierra, tanto así que nadie se atreve a tirar una basura en el piso, pues la persona que viene detrás la recoge y se la entrega; están desarrollando la cultura de proteger el medio ambiente, por tanto, utilizan vehículos pequeños.

Por la cantidad de habitantes que tiene la ciudad, y pensando en el  caos que sería el uso de tantos vehículos,  las personas caminan mucho a pie y también se trasladan en bicicletas. El clima  les ayuda, además de que estas actividades les permiten mantener la figura, lo que ha colocado al país en cero índice de obesidad. En las frías calles  bogotanas se escuchan  amenas conversaciones con un español perfecto y es que el nivel de analfabetismo en Colombia ronda por un 4%.  

Mi exhortación es atreverse a conocer este país, el único de Sudamérica con fachada al: Atlántico y  Pacífico. Como dice un acertado eslogan: “Colombia, el riesgo es que te quieras quedar”.

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A lo colombiano
El corazón colombiano prefiere “emparrandarse” con un ballenato de Carlos Vives, tararear los estribillos de las canciones de Juanes o Shakira, recitar los versos de Gabriel García Márquez o deleitarse con las gorditas  del maestro Fernando Botero. El paladar colombiano se calienta con un ajiaco (sopa de 3 papas), se satisface con una bandeja paiasa, se endulza con arequipe, celebra con aguardiente y despierta con una taza de café Juan Valdez.

La capital colombiana es una metrópoli de cerca de ocho millones de habitantes. La gente es muy alegre y “fashion”, y su estilo de vestuario es europeo: botas y chaquetas.

Vistas únicas
Si amanece soleado, nada mejor que subir en teleférico al mirador de la Virgen de Monserrat. Además de apreciar este precioso balcón sobre la ciudad (desde donde se aprecia perfectamente la zona financiera con sus  rascacielos), los bogotanos vienen por la devoción que tienen a la Virgen.

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