Boletos engañosos

Boletos engañosos

De vez en cuando, algunas líneas aéreas anuncian que durante un determinado período de tiempo, generalmente en temporada turística baja, los boletos de ida y vuelta a Europa, pueden comprarse a mitad del precio regular. Esta oferta, también se especifica es válida, mientras queden plazas vacantes. Una vez agotadas estas, se pagará el precio regular establecido por la compañía.

Como miembro titular de la Comisión Nacional del Cacao, encargado de Convenios y Política Internacional, viajamos con cierta frecuencia a Europa y debemos confesar, que nunca nos hemos podido beneficiar de una de estas gangas. Cuando hemos tratado de comprar el boleto, inclusive el mismo día que sale la oferta, se nos informa que ya el cupo de este tipo de boleto ha sido completado. Esto siempre nos intrigó, mas nunca habíamos tratado de investigar las causas de tan rápido proceder por parte de las líneas aéreas.

En nuestro último viaje a la Costa de Marfil, una amiga que trabaja en la obtención de boletos para los funcionarios de ese país, nos esclareció este dilema. Nos explicaba, que este es un truco utilizado por las líneas aéreas para vender en tiempos de poca afluencia, pero que tampoco se ofrecen todos los asientos del vuelo. Nos dijo, que sólo aquellos asientos que son considerados incómodos (los últimos), o los que quedan situados frente a los lavabos y también en las salidas de emergencia, son los que «generosamente» son ofrecidos a los usuarios para que hagan una economía en sus gastos.

El ya fallecido psiquiatra Toñito Zaglul estableció la «teoría del gancho». Es precisamente la aplicación de ese método tan vil del que se valen las aerolíneas para inducir al viajero a que compre un boleto regular, ya que el deseado a precio de oferta, se agotó. Muchos pasajeros han caído en ese gancho tan infantil y han pagado el precio que originalmente deseaba cobrar la compañía de transporte.

Nosotros que nos preciamos de estar curados contra esas sorpresas, caímos también en otro gancho tan perjudicial como el que acabamos de relatar. Resulta, que habíamos solicitado al gobierno de la República de Eslovaquia representarlos como cónsul honorario en Santo Domingo. En el mes de enero, la Cancillería de ese país nos concedió tres entrevistas a realizarse en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Bratislava, su capital.

Es obvio señalar, que en esa época del año en ese país hace un frío «que pela». Como sólo íbamos por ese corto período de tiempo, compramos un boleto, que según la representante de la línea aérea, no sólo era el más barato, sino el que nos llevaría más directo hacia la susodicha ciudad. Lo que olvidó decirnos la empleada de marras, era que el boleto era válido por una semana y no se podía, ni modificar, aunque se pagase una penalidad, ni rembolsar en caso de no utilizarse. Al tercer día, y ya terminadas las entrevistas programadas, quisimos salir de Bratislava, dado que la temperatura estaba, entre dos y seis grados bajo cero. Y ¡OH sorpresa! Usted tiene que permanecer obligatoriamente siete días en Bratislava.

La economía que habíamos hecho en el boleto era de trescientos cincuenta dólares. Al obligarnos a quedarnos siete días, es decir, cuatro más de los deseados y pagando 125 dólares de hotel diario en esta simple operación, perdimos 150 dólares, sin contar con el transporte, manutención y sobre todo aburrimiento, ya que no conocíamos a nadie en esa ciudad. Hicimos, como se dice vulgarmente, el negocio del «capaperro».

En mercadotecnia, como se conoce la ciencia de vender efectivamente, hay muchas modalidades de inducir al consumismo, utilizando «una buena fe aparente». Nos vino a la mente el ejemplo de cuando las compañías que fabrican las pastas dentífricas quisieron aumentar el volumen de ventas. Contrataron a expertos para la elaboración de ideas y propuestas. Saben la que ganó, la más sencilla. Para aumentar el consumo de pasta dental, sólo hay que abrir un orificio mayor al tubo y así el usuario, al apretar, gastará más de lo previsto.

Debemos mantenernos alertas, no sólo a las ofertas de boletos aéreos a mitad de precio, hay muchos otros especiales que no son tales y que persuaden al ciudadano más conspicuo, a efectuar compras no deseadas, ni menos necesarias.

Para finalizar, un consejo. Cuídense de aquellas líneas aéreas que ofrecen «baratillos» en boletos si los mismos se compran con gran anticipación. Les puede pasar el vía crucis de «pasajeros varados» al irse a la bancarrota la aerolínea. A nosotros también nos pasó, cuando un buen día al llegar a Caracas, el avión de Ecuatoriana había sido embargado. Esa línea aérea nunca más voló, como fue el caso de Viasa, Aerocondor, Eastern, Pan American, TransCaribean, Aerovías Quisqueyana, Dominicana y más recientemente Aeromar.

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