Bolivia: difícil equilibrio para Morales en el tema del gas

Bolivia: difícil equilibrio para Morales en el tema del gas

LA PAZ (AFP).- La llegada al poder del indígena izquierdista Evo Morales generará nuevas condiciones para la producción del gas en Bolivia -con la segunda reserva más grande de Sudamérica- pues tendrá que equilibrar las demandas de nacionalización y la pretensión de las multinacionales de mantener sus beneficios.

Morales, quien asume el domingo, ha tenido desde su elección como presidente, el pasado 18 de diciembre, un discurso sobre el gas destinado tanto a tranquilizar a sus bases, que piden una nacionalización, como a las empresas extranjeras, que temen ser expropiadas.

Bolivia, que posee la segunda reserva de gas de América del Sur pero es también el país más pobre de la región, suscita cada vez más interés de sus vecinos Chile, Brasil y Argentina, con un déficit alarmante de recursos energéticos y que ven una solución en las enormes reservas de gas bolivianas, evaluadas en 108 billones de metros cúbicos.

Dos presidentes de este país de 9 millones de habitantes cayeron en los últimos dos años a causa del manejo dado a este sector: el ultra-liberal Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de 2003 luego de haber reprimido en forma sangrienta una rebelión popular llamada la “guerra del gas”, y en junio pasado Carlos Mesa, quien no se comprometió con una ley de hidrocarburos reclamada por el grueso de la población.

El Congreso sacó adelante en mayo esta ley, que cambia los contratos de 26 compañías petroleras extranjeras presentes en el país, entre ellas Total (Francia), British Gaz (Gran Bretaña), Petrobras (Brasil), Exxon Mobil (Estados Unidos), Repsol (España) y Plus Petrol (Argentina).

“Tenemos que pagar más impuestos y los contratos de concesión fueron transformados en contratos de operación”, explicó a la AFP un miembro de la Cámara de Hidrocarburos de Santa Cruz, capital económica situada en el este del país. La Cámara agrupa a las multinacionales que operan en Bolivia.

Hoy las petroleras no invierten, “están sentadas sobre sus reservas” y esperan las nuevas políticas de Morales. Morales ha expresado que quiere garantizar el mercado interno y un control del Estado sobre los hidrocarburos. Propone igualmente renegociar los contratos de las compañías petroleras, que se convertirían en simples prestatarias de servicio.

La inestabilidad boliviana ha llevado a países como Chile, Brasil o Argentina a buscar alternativas.

Por iniciativa de Chile, la región intenta poner en marcha un proyecto de un gigantesco gasoducto que parta desde Camisea en Perú para llevar el gas a Brasil, Argentina, Uruguay y Chile. Sin embargo, las reservas probadas de Perú, estimadas en un 25% de las bolivianas, no serán suficientes para alimentar ese anillo energético, dicen expertos.

En víspera de la asunción de Morales, Brasil, Argentina y Venezuela anunciaron su intención de construir un gasoducto que parta desde el país caribeño para suministrar el recurso a los países del cono sur.

Mientras tanto el entrante gobierno boliviano ya advirtió a Argentina que aumentará el precio del gas.

Bolivia provee 7,7 millones de metros cúbicos diarios a Argentina a un precio subsidiado de 2,08 dólares el millar de BTU (Unidad Térmica Británica) y propone llevarlo a 3,25 dólares, un precio igualmente bajo, ya que los valores para Estados Unidos, México o Europa van desde los 8 a los 11 dólares. “No hay más precio solidario. Vamos a trabajar un precio de mercado regional, que beneficie fundamentalmente al país”, declaró recientemente el vicepresidente electo, Alvaro García.

Mientras tanto las autoridades brasileñas aseguraron que estaban dispuestas a aceptar las reglas del juego que impondrá el próximo gobierno boliviano al sector petrolero.

En ese sentido se pronunciaron tanto el asesor de política externa de Lula, Marco Aurelio Garcia, como José Sergio Gabrielli, el presidente de Petrobras, la estatal brasileña que controla 14,5% de los recursos de hidrocarburos del país andino.

La estabilidad de Bolivia es crucial para el gigante sudamericano, que comparte con su vecino una frontera de 3.400 km y del que importa cerca de 25 millones de metros cúbicos (MMC) diarios de gas.

Gabrielli señaló que Petrobras está dispuesta a permanecer en el país, aunque eso le signifique una reducción de ganancias. “Es mejor tener un beneficio mayor, pero si el beneficio mayor inviabiliza la inversión, es mejor no tener beneficio mayor. Es mejor un beneficio menor que un beneficio cero”, afirmó Gabrielli.

El presidente de Petrobras se dijo convencido de que las demás multinacionales adoptarán la misma decisión.

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