Bolivia y Brasil intensifican su guerra de palabras

Bolivia y Brasil intensifican su guerra de palabras

POR HAL WEITZMAN
En Lima

Las relaciones entre Brasil y Bolivia cayeron a una nueva baja después que Brasil dijera que la decisión del presidente Evo Morales de nacionalizar el sector del gas había dejado a la industria “paralizada”, y que La Paz amenazara con llevar a Brasilia a los tribunales para garantizar precios más altos para sus exportaciones de gas.

El incremento en la guerra de palabras se produce días después que el gobierno boliviano anunciara una “suspensión temporal” de su política de nacionalización, al decir que carece de financiamiento para pagar la compensación a los inversionistas extranjeros.

Los vínculos entre ambos países se han estado deteriorando desde mayo, cuando el señor Morales anunció su plan de nacionalización de un yacimiento de gas operado por Petrobras, la compañía estatal de energía brasileña, y el mayor inversionista en Bolivia.

Desde entonces, Petrobras y YPFB, su contrapartida boliviana han estado trabados en negociaciones sobre impuestos, precios de exportación y volúmenes. La administración Morales quiere un incremento en el precio que se paga por las exportaciones de gas de los niveles actuales de cerca de US$4 por millón de BTU, a no menos de US$5.

Inicialmente, ambos países habían dicho que si ellos no llegaban a un acuerdo el 14 de septiembre, llevarían el caso a arbitraje internacional. Sin embargo, cuando la cuarta ronda de conversaciones entre Petrobras y YPFB terminó en un fracaso la semana pasada, acordaron extender las negociaciones otros 60 días.

Sin embargo, ayer, Andrés Soliz, el ministro de hidrocarburos advirtió que La Paz estaba preparada para ir a los tribunales si las conversaciones fracasan. “O bien hay un acuerdo bilateral antes de 60 días o habrá arbitraje”, dijo. “Esa es la decisión del gobierno boliviano”.

Los comentarios del señor Soliz se produjeron cuando José Fernando de Freitas, el presidente de Petrobrás en Bolivia, dijo que la incertidumbre sobre la política de hidrocarburos había motivado que Brasil cortara todas las inversiones no esenciales.

“No tenemos ninguna reunión con autoridades del gobierno, y absolutamente ningún borrador de contrato”, dijo el señor de Freitas.

“Mientras más se demore, m<yor será la demora de una recuperación posible de la industria de hidrocarburos, que por el momento está paralizada”.

El intercambio es el más reciente de una serie de desacuerdos que han puesto a prueba las relaciones hasta el punto de quebrarse.

El mes pasado, Julio Gómez, el viceministro de Hidrocarburos de Bolivia, acusó a Patrobras de manipular los equipos de medición de gas para hacer ver que la producción era más baja de lo que realmente era. Petrobras negó la acusación.

Luis Ignacio Lula da Silva, el presidente de Brasil respondió con la admisión de que su país había cometido un error estratégico al hacerse dependiente del gas boliviano y prometió trabajar a favor de la autosuficiencia para el gas natural en 2008.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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