Por Raúl Cortés
La Paz, 4 jun (EFE).- La Iglesia católica de Bolivia comenzó hoy a dialogar con los tres poderes del Estado para encontrar una salida a la crisis del país, mientras la situación en La Paz se agudiza por el aislamiento al que someten a la ciudad las protestas sociales.

La cúpula eclesiástica se reunió con el presidente del Senado, Hormando Vaca Díez, y el de la Cámara de Diputados, Mario Cossio, en la ciudad tropical de Santa Cruz, en el este boliviano.

Jesús Juárez, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) y obispo de El Alto, al informar a EFE del encuentro prefirió mantener en secreto los resultados de las negociaciones y aclaró que el diálogo se encuentra «en una fase preliminar».

La CEB busca acercar las posturas entre los partidarios de convocar a una Asamblea Constituyente, la principal petición de los manifestantes junto a la nacionalización de los hidrocarburos, y los impulsores de un referéndum autonómico, liderado por los dirigentes cívicos y empresariales de la región de Santa Cruz.

La mediación de la Iglesia fue anunciada el viernes, después de que el Congreso pospusiera el debate sobre las fechas de la elección de los integrantes de la Asamblea Constituyente y de la consulta sobre autonomías y de que fracasara el plan del presidente de Bolivia, Carlos Mesa, de convocar por decreto ambos comicios para el 16 de octubre.

La propuesta del gobernante, que debe ser respaldada con una ley especial del Parlamento, ha sido calificada de inconstitucional y extemporánea por los sectores implicados.

A unos 800 kilómetros de Santa Cruz, la quebrada que alberga la ciudad de La Paz, en la mitad de las cumbres andinas, vivió hoy una jornada de frenética actividad, después de permanecer prácticamente paralizada por las protestas durante cinco días.

Ante los primeros síntomas del desabastecimiento causado por el bloqueo terrestre que ocasiona la huelga en la localidad aledaña de El Alto, los ciudadanos se lanzaron a las calles para llenar las despensas de sus hogares de productos que probablemente faltarán en las tiendas en las próximas horas.

Miles de personas se acercaron a los mercados populares de las laderas de la ciudad, que hicieron su agosto elevando los precios, aun a costa de quedarse sin mercancías.

El capitán de la Policía, Rodrigo Rodríguez, que es intendente de la Alcaldía paceña, afirmó a EFE que «todos lo mercados están abiertos, abastecidos», aunque admitió que «ha habido un poco de especulación en las tarifas de algunos productos».

En una tienda de carne porcina, la comerciante Corina Callejas, recibió esta mañana la última remesa del matadero de La Paz, donde se han terminado las existencias.

«Vamos a vender hasta hoy nada más. Ya no hay para mañana», dijo Callejas, que comparó la situación actual con la que se vivió en octubre de 2003, cuando un sitio a La Paz obligó al Gobierno a fletar aviones desde los centros productores de carne, como Santa Cruz, para aprovisionar a la capital administrativa.

Betty Mallea, que tiene un puesto de venta de DVD en la calle Uyustus, volvió hoy a trabajar porque no pudo hacerlo durante la semana «por miedo a los saqueos de los manifestantes».

«Ojalá que mañana trabajemos; depende de los dirigentes» sindicales que convocan a las marchas, lamentó.

En la céntrica Plaza del Estudiante, el taxi de Richard Sandoval permanece detenido durante varios minutos, impotente ante el colapso circulatorio que ocasiona el paso de una manifestación de un centenar de campesinos, la única protesta de una jornada tranquila.

Sandoval, un licenciado en Economía que ejerce de taxista porque no encuentra trabajo en su sector, se queja del perjuicio que ocasionan las marchas, consciente, no obstante, de que lunes será mucho peor.

Los sindicatos movilizados, que mantienen bloqueadas las carreteras en 54 puntos del país y las salidas por tierra a los países vecinos, mantienen su amenaza de persistir en su protestas hasta que el Congreso convoque a la Asamblea Constituyente. EFE