TEHERAN (AP).– Un vehículo cargado de explosivos detonó ayer, miércoles, cerca de un autobús que transportaba a miembros del grupo de élite Guardias Revolucionarios en el sureste de Irán, muriendo 11 de ellos y resultando heridos 31. Un grupo radical suní vinculado a la red al-Qaida se atribuyó la responsabilidad. 

La agencia noticiosa semioficial Fars dijo que el grupo islámico suní Jundallah, o «Brigada de Dios’’ divulgó un comunicado atribuyéndose el atentado.  Pero las autoridades no confirmaron la atribución, señalando que el ataque fue llevado a cabo por «insurgentes y narcotraficantes’’.  Se trata del peor atentado en varios años cerca de Zahedan, capital de la provincia de Sistan-Baluchestan en la frontera con Pakistán, donde bandas de narcotraficantes y guerrilleros han llevado a cabo una serie de ataques en el pasado.

La «Brigada de Dios’’ ha sido culpada previamente por ataques contra soldados iraníes en la zona. El grupo, que acusa a Irán, país de mayoría chií, de discriminar contra la minoría suní en la región suroriental, también opera en Pakistán. Las autoridades de Islamabad acusan a la organización de tener vínculos con al-Qaida.

   La explosión ocurre en momentos de elevada tensión entre Irán y Estados Unidos por la insurgencia en Irak y el programa nuclear iraní. Irán ha acusado en el pasado a Estados Unidos de respaldar a elementos irregulares en el sureste a fin de causar agitación política y sectaria en la nación persa.

   Hossein Ali Shahriyari, un legislador de Zahedan, dijo en el parlamento el miércoles que en el ataque estaban involucrados «insurgentes y narcotraficantes’’ iraníes que suelen refugiarse en regiones del suroeste de Pakistán. Su discurso fue difundido por la radio estatal.

   Soltan Ali Mir, funcionario local del ministerio del Interior, dijo que cinco de los implicados en la explosión fueron detenidos, informó IRNA, la agencia oficial de noticias de Irán.

   La explosión tuvo lugar alrededor de las 6.30 horas en el distrito de Ahmadabad, en las afueras de Zahedan, dijo IRNA, que previamente informó de 18 muertos entre los guardias revolucionarios, y luego redujo la cifra a 11.

   Zahedan y sus alrededores, una zona cercana a la frontera de Irán con Pakistán y Afganistán, han sido escenarios de enfrentamientos entre policías y narcotraficantes.

   En junio, tres explosiones de baja potencia hirieron a dos personas en Zahedan. El estallido del miércoles fue el que más víctimas fatales ha causado en la zona en los últimos años.