Bagdad, (AP).- Una bicicleta cargada de explosivos estalló el jueves cerca de un restaurante capitalino y mató a dos personas, mientras el número de muertos subió a 101 a causa de los ataques perpetrados la víspera, dirigidos principalmente contra edificios gubernamentales.

Más de 500 personas resultaron heridas al estallar el miércoles de forma casi simultánea camiones cargados de explosivos frente a la cancillería y el Ministerio de Hacienda _ el día más mortífero en casi un año.

El derramamiento de sangre propinó un golpe demoledor a las gestiones del gobierno iraquí para devolver la normalidad a Bagdad tras años de violencia sectaria.

El mayor general Qassim al-Moussawi, vocero del ejército en Bagdad, dijo que 11 comandantes de la policía y el ejército que supervisan la seguridad, el tránsito y los servicios de espionaje en las zonas afectadas han sido detenidos bajo sospecha de negligencia.

El primer ministro Nuri al-Maliki convocó una reunión urgente del gabinete de seguridad el miércoles por la noche para analizar la adopción de «medidas rápidas a fin de lograr seguridad y estabilidad» en Bagdad y las zonas aledañas e impedir que la insurgencia reanude la violencia antes de las elecciones del próximo año, dijo su oficina en una declaración.

Al-Maliki culpó de la violencia a la insurgencia suní ligada a al-Qaida en Irak y dijo que los ataques tienen como fin impedir la reapertura de calles y la retirada de las vallas de hormigón armado en las principales carreteras de Bagdad para mediados de septiembre.

Agregó que el gobierno iraquí debe valorar de nuevo las medidas de seguridad, en el primer reconocimiento gubernamental de que las medidas adoptadas quizá fueron prematuras tras el abandono de las ciudades a fines de junio por parte de los soldados estadounidenses.

Las medidas de seguridad fueron incrementadas en torno a los edificios gubernamentales y centros comerciales, y el ejército y la policía iraquí inspeccionaron todos los vehículos además de registrar a las personas en numerosos controles.

Dentro de la fortificada zona céntrica de la capital, sede de ministerios y embajadas, las fuerzas iraquíes y estadounidenses aumentaron las medidas de seguridad. Los conductores aguardaron más de una hora en algunos lugares para entrar en esa zona, y tras hacerlo tuvieron que hacer fila para pasar nuevos controles.

El ataque más mortífero del miércoles fue dirigido contra el Ministerio de Relaciones Exteriores, cuya fachada quedó dañada y fueron destruidos decenas de vehículos en una playa de estacionamiento al otro lado de la calle. La policía y los funcionarios de varios hospitales indicaron que murieron por lo menos 69 personas y 411 resultaron heridas en ese ataque.