Bombardeada la ciudad de Homs antes de la llegada de observadores a Siria

<P>Bombardeada la ciudad de Homs antes de la llegada de observadores a Siria</P>

DAMASCO, (AFP) – El alto el fuego en Siria fue de nuevo violado este domingo por bombardeos sobre la ciudad de Homs y por combates en Alepo, el día en el que deben llegar los observadores militares de la ONU enviados por el Consejo de Seguridad en su primera resolución en 13 meses de conflicto.

El presidente del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman, aseguró a la AFP que «los bombardeos contra Jaldiye (un barrio rebelde de Homs) se incrementaron esta mañana (del domingo), con un promedio de tres obuses por minuto».

Esta fuente indicó que se trata del bombardeo más violento contra barrios de esta ciudad desde la instauración de una tregua apoyada por las Naciones Unidas, el jueves pasado y que reafirma el escepticismo de Occidente sobre la voluntad real del régimen de Damasco de detener la represión.

También estallaron violentos enfrentamientos el domingo de madrugada entre las fuerzas de seguridad y los rebeldes en la provincia siria de Alepo (norte), agregó el OSDH. Desde el 12 de abril, cuando entró en vigor el alto el fuego, al menos 32 personas han muerto, en su mayoría civiles que cayeron bajo el fuego de las fuerzas de seguridad, según la OSDH.

Sin embargo, este balance no es comparable al de los meses precedentes, cuando hubo decenas de muertos a diario como consecuencia de la represión de la revuelta sin precedentes contra el régimen del presidente Bashar al Asad. Aunque la intensidad de los combates ha disminuido, el ejército todavía no ha retirado a sus tanques de las ciudades, como prevé el plan del emisario internacional Kofi Annan.

 «Desde el inicio de la aplicación del plan (Annan), no ha habido ningún cambio en el nivel del despliegue de seguridad y militar. Las barricadas y los carros siguen ahí», denunció Rahman. Un responsable militar sirio citado por la agencia oficial Sana dijo que «los grupos terroristas armados intensificaron de manera histérica sus ataques contra los soldados, las fuerzas del orden y los civiles» y advirtió que «las autoridades competentes» responderán a esos ataques.

 La continuación de las hostilidades hace más peligrosa la misión de los 30 observadores militares no armados enviados por el Consejo de Seguridad de la ONU a Siria para supervisar el cumplimiento del alto el fuego, según la resolución 2042, aprobada por unanimidad por el Consejo el sábado. «Este repunte de la violencia pone en duda seriamente la voluntad del régimen» de respetar el alto el fuego, comentó el sábado la embajadora estadounidense en la ONU, Susan Rice.

«La violencia ha disminuido, pero los ataques sufridos por la población civil en Homs confirman las dudas que podamos tener sobre la realidad del compromiso del régimen», insistió su homólogo francés, Gérard Araud. La resolución llama al gobierno sirio a permitir el acceso de las organizaciones humanitarias al país y a «implementar visiblemente» todos los compromisos adquiridos en el marco del plan de paz del enviado especial Kofi Annan.

El documento también pide «a todas las partes que garanticen la seguridad de los observadores sin limitar su libertad de movimiento y acceso, haciendo hincapié en que la principal responsabilidad recae en las autoridades sirias».

Nada más votarse la resolución salió con rumbo a Siria un primer grupo de cinco observadores que llegarán el domingo, explicó Kieran Dwyer, portavoz del departamento de Operaciones para la Paz de la ONU. Este responsable explicó que la primera tarea de la misión será «establecer un cuartel general operativo», en Damasco y que, seguidamente, se explicará a las dos partes cuál será su papel de supervisión y sus responsabilidades. Una nueva resolución será necesaria para autorizar una misión completa de más de 250 observadores.

El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición opositora, se congratuló por la resolución: «Esta decisión, que se demoró en ser aprobada, constituye el primer fruto político internacional de la lucha y los sacrificios de los sirios y el primer paso importante de la comunidad internacional en sus responsabilidades para con el pueblo sirio». El régimen de Asad sigue rechazando la amplitud de la revuelta y atribuye la violencia a «bandas terroristas» que dice querer aplastar.

 La manifestaciones contra el régimen continúan en todo el país, aunque son menos numerosas por la presencia permanente de fuerzas militares. Según la ONU, más de 10.000 personas, la mayoría civiles, han muerto por la represión de la revuelta desde mediados de marzo de 2011 y al menos un millón de personas se ha visto obligado a desplazarse en el interior del país. El próximo 20 de abril se celebrará en Ginebra una reunión sobre la ayuda a aportar a Siria.

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