Detonaciones, bombas lacrimógenas, golpes, pedradas y otros incidentes ocurrieron  ayer en la parte frontal de la Casa Nacional del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) durante  el  juicio disciplinario al expresidente Hipólito Mejía y otros dirigentes adversos al presidente del  partido Miguel Vargas Maldonado.

 El incidente se inició pasadas las 10:30 de la mañana en momentos en los que Milagros Ortiz Bosch, Carolina Mejía y otros perredeístas entonaban las notas del himno del  partido  blanco.

 Un grupo de militantes que, desde tempranas horas vociferaba consignas en contra de Vargas, se abalanzó contra las barras separadoras rodeadas de policías, con  intención de cruzar el cerco y de inmediato los agentes lanzaron bombas lacrimógenas hacia el grupo.

 De inmediato los que estaban fuera respondieron lanzando piedras, botellas y otros objetos, mientras se dirigían a la entrada del sector El Manguito, ubicado en esos alrededores. Hasta allí siguieron los agentes lanzando bombas.

Al momento del incidente estaban fuera, además de Ortiz Bosch y Carolina Mejía; Geanilda Vásquez y  Orlando Jorge Mera, quienes fueron sacados de manera rápida del lugar, afectados por los gases.

 En medio de la tensión los agentes policiales se recargaron de bombas y ampliaron el cerco de vigilancia que tenían limitado a la parte frontal del partido.

 Las personas afectadas por las bombas lacrimógenas corrían por todas partes con los ojos irritados y buscando agua para matizar el efecto. En un momento se produjeron unos instantes de calma y de pronto reiniciaron las detonaciones en dirección a El Manguito donde un grupo se encerró en un local del PRD,  ubicado allí.

Policía herido. Un primer teniente de apellido Vizcaíno Guerrero fue alcanzado por una de las piedras lanzadas, que lo golpeó en su brazo derecho provocando su traslado al hospital de la Policía Nacional, donde fue atendido.

Un Policía que no quiso dar  a conocer su nombre dijo que en medio del incidente  despojaron a dos militantes de dos cuchillos con los que intentaron cortar las sogas que estaban tras las barras separadoras que pretendían derribar.

A partir del incidente los militantes se dispersaron del lugar y solo quedó el fuerte contingente policial, que estuvo hasta el final.