Bonanza pre-electoral genera preocupaciones en Argentina

Bonanza pre-electoral genera preocupaciones en Argentina

Por Jude Webber
En Buenos Aires

Cuando se trata de hacer pronósticos sobre la inflación en Argentina en estos días, existe consenso entre los economistas: cualquier cifra que dé el gobierno, estará mal.

El INDEC, el instituto estatal de estadísticas, donde el gobierno ha estado interviniendo en la compilación de datos todo el año en un esfuerzo por mantener la inflación en 2007 en un solo dígito, debía anunciar las cifras de agosto ayer, que de nuevo se esperaba parecieran sospechosamente bajas.

Los precios subieron hasta 1.5% e agosto, de acuerdo con algunos estimados privados.

Con el presidente Néstor Kirchner repartiendo unos US$1,3 millardos (€951 MM, £643 MM) en reembolsos por impuestos, en los incrementos en las pensiones y en los beneficios familiares durante la clásica bonanza populista previa a las elecciones del mes próximo, muchos están convencidos de  que la inflación se acelerará más y al final del año, entre 15% y 20%, comprado con la meta oficial de 7% a 11%.

El gobierno no tiene necesidad de recurrir a esas estratagemas para comprar las urnas para la esposa de Kirchner, Cristina Fernández, quien compite para sucederlo como prsidente. Fernández tiene una cómoda ventaja sobre una oposición fragmentada y sin carisma, y se espera que obtenga una victoria cómoda en la primera vuelta el 28 de octubre.

Sin embargo, los regalos del “feliz octubre”, como lo llaman en los medios, tiene  la intención de seguir comprando poder en medio de la creciente inflación para garantizar que el auge impulsado por los consumidores de Argentina pueda continuar -con una economía en camino de un quinto año con tasas de crecimiento al estilo de China.

Luis Secco, un economista, dijo: “No podemos olvidar que estamos en una situación en la cual la inflaciòn es obviamente insostenible y que el gobierno no está diciendo como va a arreglar las cosas. Este es el principal reto que enfrenta el gobierno de Cristina”.

Sin un final claro a la vista para el continuo  aumento de los precios, es seguro que las demandas salariales, se  inensificarán en 2008.

Este año, el gobierno acordó un aumento en los pagos de 16.5% con la Confederación General de Trabajadores (CGT), un órgano laboral integrado por varios sindicatos, resistiendo presiones para que fuera más generoso. Hugo Moyano, el líder de la CGT ha dejado claro que mientras que él respalda a Fernández, su apoyo no es incondicinal.

Argentina estuvo asediada por la hiperinflación en los años de 1980, y aunque esto no constituye ahora una amenaza, los observadores temen que podría estar cocinándose un nuevo alboroto financiero.

 “A menos que las cosas cambien, Argentina tiene una cita con la crisis más tarde o más temprano”, dijo Fernando Navajas, de la Foundation for Latin American Economic Research. Para dominar la inflación, el gobierno necesita en primer lugar frenar el gasto, que está creciendo más rápido que los ingresos y que “ha sobrepasado las expectativas, aún para un año de elecciones”, de acuerdo con Sebastián Briozzo, de Standard & Poor´s.

Los subsidios del gobierno con el fin de anclar los precios bajos para problemas esenciales como los servicios públicos, el transporte público y más recientemente, las papas importadas, corren el riesgo de crear un círculo vicioso y una “estagflación”, es decir, descarrilar una economía que ha estado funcionando bien.

El sector de la construcción, que ayudó a la recuperación de Argentina de sus crisis de 2001-2002, ahora está viendo retrasarse el crecimiento, en lo que podría ser una señal de advertencia para el resto de la economía nacional.

Argentina tiene tiempo para darle un vuelco a las cosas, dice  Briozzo. “Todavía queda espacio suficiente para maniobrar.  “Incrementos más bajos en el gasto afectarán la demanda […] Y el gobierno tiene la suerte de que hasta con una desaceleración, el crecimiento económico [que se espera no inferior al 5% en 2008] continuará siendo bastante alto”.

Dar masajes a los datos de la inflación para ocultar verdades incómodas no es nada nuevo en Argentina. Ya en los años de 1970 el gobierno soñó un índice de inflación que no  incluía la carne de res, el alimento favorito del país, para hacer más digeribles las cifras.

Sin embargo, la interferencia del gobierno en los datos de inflación de la oficina de estadísticas, INDEC, han parecido ser más constantes este año -eso ha hecho que los medios escriban ls siglas de la oficina con una “K”, INDEK, por el presidente Kirchner.

La inflación del año pasado rechinó por debajo del dígito doble -fue de  9.8%-, pero con las presiones de los precios en alza, varios de  los funcionarios claves han sido sustituidos por otros funcionarios, aparentemente más maleables.

En los últimos seis meses, INDEC ha tenido cuatro jefes.

Y Guillermo Moreno, el secretario de comercio interior, que forzó cambios en la institución, como parte de los intentos oficiales por controlar los precios, enfrenta ahora cargos legales por violar la confidencialidad de la compilación de datos del INDEC. El índice de precios al consumidor -importante para los tenedores de bonos vinculados a la inflación- ahora tiene credibilidad cero. INDEC reportó una inflación de 0.5% en julio, prácticamente imposible, puesto que los datos de INDEC mostraron un alza de 1.6% en los precios de los supermercados ese mismo mes.

El gobierno  Kirchner promete un cambio en la metodología para medir la inflación, pero no antes de las elecciones presidenciales del 28 de octubre.

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BCE inyecta a  los mercados  €42,2 millardos

Por Ralph Atkins
En Fráncfort

El Banco Central Europeo inyectó el jueves €42,2 millardos en los mercados de dinero del euro en su más reciente operación de emergencia para aumentar la liquidez, pocas horas antes de que la junta de gobierno mantuviera como estaban las tasas de interés en 4%.

La nueva operación, que pone dinero disponible adicional por un día, siguió a un aumento en las tasas de interés del día esta semana, lo cual aplaza  las esperanzas del BCE de que las condiciones en los mercados monetarios ya se estuvieran normalizando.

El BCE inició sus operaciones emergente de impulso a la liquidez el 9 de agosto, cuando inyectó una cifra sin precedentes de €94,8 millardos. Hasta esta semana había tenido éxito en lograr bajar el interés, y Jean-Claude Trichet, el presidente del Banco, buscaba dar una señal de retorno a los negocios, como es normal. Sin embargo, una inyección posterior en el mercado de dinero a tres meses no logró el mismo efecto y el miércoles, las tasas de interés de un día para otro se acercaron al pico de 4.7% visto el 9 de agosto.

Hasta ahora, el BCE ha visto una diferencia clara entre las decisiones de su política monetaria principal -orientada a combatir los peligros de la inflación a largo plazo- y las operaciones encaminadas para garantizar el funcionamiento adecuado de los mercados. Sin embargo, un incremento en las tasas de interés al mediodía de ayer serían algo muy difícil de explicar tan pronto, después de otra operación emergente para elevar la liquidez, y con una persistente turbulencia en el mercado financiero, dijeron analistas.

Se esperaba ayer que Trichet expresara su confianza en la fortaleza básica de la economía de la eurozona e indicara que la tendencia del BCE continúa siendo elevar las tasas de interés en algún momento. Sin embargo, es probable que espera que retorne la calma a los mercados financieros antes de proceder.

 “Hay poco que ganar para el Banco Central Europeo con una subida de las tasas en este punto, y sí mucho que perder”, dijo Ken Wattret, un economista de BNP Paribas.

Desde finales de 2005, el banco de la zona del euro  ha subido su principal tasa de interés en ocho ocasiones en un cuarto de punto porcentual, la más reciente, a 4% en junio.

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Reserva Federal de Atlanta

Crisis hipotecaria no contagió al resto de la economía EU

Washington, EFE.- Los males que padece el sector de las hipotecas y las viviendas no se han contagiado a otras áreas de la economía como el gasto de los consumidores, dijo ayer  el presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, Dennis Lockhart.

“Hasta ahora no he visto datos que muestren indicios concluyentes de que los problemas de la vivienda se contagien al resto de la economía”, afirmó el funcionario en un discurso ante el Club de la Prensa de Atlanta.

Ayer el llamado “libro beige” de la Reserva indicó que en todo el país continuó en agosto el crecimiento económico a un ritmo moderado con pocas señales de que la restricción del crédito y las turbulencias en los mercados financieros hayan desacelerado los negocios.

Lockhart comentó que los mercados financieros sufren de una indigestión después del banquete desenfrenado de tasas de interés bajas y crédito fácil.

“Yo confío en que las condiciones del mercado, eventualmente, se asentarán”, añadió.

Los especuladores en los mercados financieros han acentuado sus llamados para que la Reserva Federal afloje la política monetaria y permita una baja de la tasa de interés interbancario de corto plazo, que se mantiene en el 5,25 por ciento desde junio de 2006.

Pero tanto la Reserva Federal como el secretario del Tesoro, Henry Paulson, han indicado que no es función de la agencia ni del gobierno el salvamento de los especuladores que lucraron con la bonanza inmobiliaria de años atrás y ahora se topan con una oleada de hipotecas impagadas y ejecuciones judiciales.

“Los objetivos a largo plazo de la Reserva Federal están bien atendidos con una respuesta deliberada y mesurada a las turbulencias de los mercados financieros”, añadió Lockhart.

“Una intervención sin demasiado mérito en los mercados financieros representa un riesgo moral”, dijo.

VERSION IVAN PEREZ CARRION

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