Bondad y gratitud

Bondad y gratitud

Luis Scheker Ortiz

En la presentación del libro “Historia del Líbano” del autor francés Jacques Nantet, el banquero empresario libanés, N. D. Dao, residente en Venezuela, impresionado por esa obra patrocina su versión al español y nos dice: “La importancia que reviste el establecimiento de libaneses en estos países de Latinoamérica merece ser estimada en su justo valor… El aporte de los libaneses es en verdad singular.

Muy destacadamente forma ya una descendencia universitaria local que se distingue por su alta laboriosidad, sin que por ello deje de ese sentido ancestral que le viene de los mercaderes antiguos (los Fenicios) En el campo de las carreras liberales el libanes ha sido modelo de adaptación, integración y de consciencia profesional, al mismo tiempo que, en la práctica de los negocios, ha sabido mantener y desarrollar el sentido ecuménico que hoy en día se hace tan necesario para el incremento de la riqueza presente y su expansión en el futuro”
Francois Muriac, en el prefacio de la obra señala:”El Líbano es un crisol,y de todas las razas él ha compuesto una que no se asemeja a ninguna otra, Y el guarda solo , en este Oriente, entre tantos pueblos agitados por furiosas pasiones, el secreto de una muy antigua sabiduría recibida directamente de la mano de Dios. “

Nosotros los dominicanos, muchos descendientes de ancestros libaneses, tenemos nuestra propia historia y experiencia que mi padre, en una de sus conferencias sobre la Evocación de las Emigraciones, señala cómo a su llegada a estos países de lengua y costumbre extrañas, sin dominio del idioma y la mayoría con escasos recursos, se adaptan fácilmente. “La vida fácil y el bienestar han sucedido a las dificultades de los primeros tiempos de los emigrados, gracias a su buena voluntad, a su sinceridad y a su perseverancia en el trabajo.”

Siguiendo al Dr. Jamil Jabre expresa: “Los emigrados se entreayudan, formaban una colonia independiente y, refiriéndose a su sentimiento patrio resalta “Diseminados por todas partes han tallado una especie de imperio, pero no imperialista ni colonizador, sino en sentido de cooperación con la Madre Patria y fidelidad a su segunda patria, al servicio de la paz, del progreso y de la civilización.”

Orgulloso de serlo, el libanés, como el sirio y el palestino, es un ser agradecido. No sabe cómo pagarle a la tierra y a su gente que con igual amor le han acogido. Y por ella lucha y por ella se afana por ser mejor y servir de ejemplo en todas actividades que emprende con decisión, coraje y entusiasmo, consciente de que una mala semilla es mal que hay que evitar.

El pueblo dominicano, como sus ancestros en el lejano Líbano, han recibido con entusiasmo y con fe el triunfo de uno de sus hijos dilectos, de rancia familia, electo gobernante en uno de los momentos más escabrosos y difíciles de la historia universal. No hay que vivir de ilusiones. La tarea es ardua pero no imposible. Por eso se requieren seres de buena voluntad, de todo un pueblo que ame a su patria.

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