Bonos por US$2,500 millones

Bonos por US$2,500 millones

Es sencillo comprar deuda pública en el mercado primario de emisión, se usan bancos intermediarios, como lo hizo el Ministerio de Hacienda el pasado jueves con J.P. Morgan y a BNP Paribas para subastar bonos por US$2,500 millones, equivalentes a RD$133,900 millones.
Completó el 54% del financiamiento total (US$4,601 millones, equivalentes a RD$246,295.8 millones) del Presupuesto Público de 2020, y 84% del financiamiento en dólares, restan por vender US$487 millones, equivalentes a RD$26,083.7 millones.
Es cierto, logró buenas condiciones, el costo medio de 5.19% no difiere del promedio del portafolio, y aumentó el plazo de vencimiento de la deuda total, de 9.7 años a 11 años, se vendieron bonos a 40 años por US$1,500 millones, a 5.875% anual, menor en 159 puntos básicos del 7.450% que pagamos por la deuda a 30 años. Y bonos a 10 años por US$1,000 millones, a 4.50%, inferior en 100 puntos básicos al interés mínimo de 5.50% logrado con bonos similares.
Por inundación de liquidez en los mercados de capitales, es normal que los inversores suavicen la rentabilidad que exigen para comprar deudas públicas. Se puede decir que ¿aprovecharon una oportunidad o asumieron un riesgo? En todas las economías, apostar a activos de deuda pública no está exento de riesgo, en nuestro caso se considero el excelente cuadro macroeconómico que tenemos. Por ello, tentadoras fueron las rentabilidades que los inversores exigieron y lograron, superan las ofertadas por depósitos en bancos, explica porque demandaron más de 4 veces el monto ofertado.
Hay que estar claro, seguirán comprando nuestra deuda pública mientras el crecimiento anual nominal/real del PIB supere el costo anual promedio nominal/real de refinanciar la deuda. Como fue el caso, el interés medio de 5.19% que vamos a pagar es menor en 1.01 puntos porcentuales al crecimiento medio anual de la economía en los últimos seis años.
¿Cómo, el gobierno, gastará los pesos? La deuda no es buena ni mala, depende del uso que le dé al dinero. No ha dicho el destino. Puede reservar el dinero para financiar el déficit fiscal de US$2,060 millones, equivalentes a RD$110,251.0 millones, y le sobran RD$23,649 millones. O para pagar la deuda (interna y externa) que vence este año por US$1,541 millones, equivalentes a RD$136,044.8 millones.
La realidad nos da de frente, este año pagamos la friolera de RD$410 millones (US$7.70 millones) diarios solo en intereses. Como el costo total es RD$149,994 millones (US$2,800 millones), podría poner en riesgo la sostenibilidad de la deuda un aumento brusco de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo.
Hay que curarse en salud, se deben cuadrar las cuentas públicas y reducir el costo de la deuda, para compararnos con Chile que, no obstante las urgencias sociales que enfrenta, con bonos similares pago la mitad la semana pasada. Lo podemos lograr con una reforma fiscal integral que en cuatro años recaude RD$186 mil millones, 4% del PIB.
No solo reduciría la prima de riesgo o exceso de costo de la deuda, sin trauma se cumpliría con lo que decía el francés Volataire (Francois-Marie Arouet): «El arte de gobernar, por lo general consiste en despojar de la mayor cantidad posible de dinero a una clase de ciudadanos para transferirla otra».

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