Bonos soberanos: prioridad a quien prioridad merece

Bonos soberanos: prioridad a quien prioridad merece

POR EDWIN A GUERRA
Los bonos internos: prioridad actual.
Desde hace más de un mes, hemos visto el empeño que se ha puesto en la necesidad de aprobación de los proyectos de emisión de bonos internos sometidos al Congreso en 28 de diciembre del pasado año 2004, como la condicionante no resuelta del acuerdo con el FMI. Estos bonos internos pretenden suplir la deficiencia en el flujo de caja del Gobierno para hacer frente a: 1) los compromisos de pago de deudas contraídas con suplidores del Estado a diciembre del 2003 por un monto de $2,569 millones, 2) los vencimientos de bonos emitidos por la Ley 104-99 en noviembre del presente año ascendentes a $1,888 millones (aproximadamente la mitad de los bonos emitidos, por lo que se presume que el Gobierno presupuestó el pago en efectivo del resto de la emisión), y 3) los requerimientos de capitalización del Banco Central y del Banco de Reservas por montos de $2,325 millones y $1,500 millones respectivamente.

Esta inquietud es oportuna ante la 1ra revisión del cumplimiento de la metas de dicho acuerdo, a la que estará siendo sometida el país en los últimos días del presente mes de marzo. Sin embargo, poco o nada se ha dicho respecto de la necesidad de aprobación proyecto de emisión de nuevos bonos soberanos para ser canjeados por los bonos en circulación, el cual fue sometido el pasado 2 de febrero de los corrientes y también esta pendiente de aprobación por el Senado. Este proyecto de emisión de nuevos bonos por un monto de US$1,100 millones (casi 4 veces el monto de los bonos internos) se debe a la falta de recursos en moneda dura del Gobierno para hacer frente al servicio de su deuda externa y en el requerimiento exigido por los prestamistas bancarios agrupados en el Club de Paris, de que el país otorgue un trato igualitario a todos sus acreedores.

El proyecto de canje de bonos soberanos, en ninguna manera significa un aumento de la deuda externa. El objetivo del mismo es simplemente conseguir diferir el pago de los intereses de los actuales bonos soberanos durante lo que queda del 2005 y el 2006, y de este modo aliviar el flujo de caja en divisas del Gobierno. Como un beneficio secundario lograría la extensión en la fecha de vencimiento de los bonos actuales en al menos 5 años. Todo esto, sin aumentar la tasa de interés de los bonos soberanos en circulación.

LOS BONOS SOBERANOS: LA VERDADERA PRIORIDAD

Según el debate en los medios, los bonos internos parecer ser la prioridad de las autoridades del Gobierno y de los Legisladores e importantes sectores de la sociedad organizada. Sin embargo, la urgencia debería estar orientada hacia el proyecto de ley de canje de bonos soberanos. La capitalización del Banco Central y del Banco de Reservas significa, en el mejor de los casos (BR) a penas el 1.5% del total de activos. A los acreedores internos del Estado se les pagará con unos bonos que vencerían dentro de 4 años. Finalmente, los recursos para el pago de los bonos de la ley 104-99 no son necesarios hasta dentro de 7 meses. En cambio, la urgencia de renegociar la deuda externa con el Club de París y los tenedores de los actuales bonos soberanos es mayor debido a que existe un sentimiento del mercado positivo, en el que los actuales bono-habientes estarían en su mayoría dispuestos a aceptar las condiciones del canje. Esto así en virtud de que los bonos de países emergentes de la región con vencimientos similares están pagando un interés de por lo menos 200 pb (puntos bases equivalentes a 2 puntos porcentuales).

Sin embargo, la situación está cambiando rápidamente debido al efecto que sobre el mercado de bonos de países emergentes esta teniendo la actitud de la Reserva Federal de los Estados Unidos de continuar aumentando (por 6ta vez) la tasa de interés interbancaria, como una forma de contrarestar los efectos devaluatorios que el déficit comercial de este país está teniendo sobre el dólar. Los bonos dominicanos no han escapado a esta tendencia. Sólo la semana pasada, han visto disminuir su precio en más de 80 pb, sobrepasando su rendimiento el 13%, para los que vencen en el 2006 y el 10.5% para los del 2013. Estos bonos perdieron más del doble del promedio que mide el Indice BSGS de Bear Stearns, el cual ha atribuido a la «incertidumbre» sobre el proceso de reestructuración de los bonos, la particular volatilidad que han experimentado los bonos dominicanos. Otros, como Standard Bank, opinan que los fuertes fundamentos de las economías latinoamericanas las mantienen como sujetos de crédito, produciendo un flujo de caja positivo hacia la región, y esto no debería cambiar en los próximos 12 meses. Sin embargo, la publicación del IPC de Estados Unidos esta semana, podría acentuar volatilidad al mercado.

Cada día que se retrasa la promulgación de la ley de canje de bonos, aumenta la posibilidad de que cambie el actual sentimiento positivo del mercado hacia los bonos dominicanos, disminuyendo la cantidad de bono-habientes actuales dispuestos a aceptar el canje. Esto podría dar al traste con el intento de reprogramación de la deuda externa. Sin dejar de aprobar los bonos internos, el Senado debería dar prioridad al que prioridad merece, y aprobar cuanto antes y para el bien de todos, este vital proyecto de ley.

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El autor es economista

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