Bonos verdes nuevo mercado en la
economia mundial

Bonos verdes nuevo mercado en la <BR>economia mundial

POR FÁTIMA ÁLVAREZ
Los huracanes, cada vez más intensos, el calentamiento global, el deshielo de los casquetes polares, el posible aumento de tamaño de las olas, entre otros, son, a decir de los científicos, muestra de lo que se avecina para los próximos decenios.

Un nuevo mercado entra a la economía mundial. La venta de bonos por captura de carbono no sólo cambia de lugar a los países subdesarrollados, sino que también le da un perfil más agudo al medio ambiente: el de generador de recursos económicos.

Este sugestivo mercado permitiría a las grandes industrias mantener su ritmo de contaminación ambiental (y por tanto sus altos beneficios económicos) amparadas en las nuevas estrategias para el manejo de la agricultura. Además, transferirían tecnología a los países subdesarrollados, al tiempo que implementan un novedoso mercado al que entraría una nueva forma de dinero: los bonos verdes.

¿Antecedentes? El aumento de lo que todos conocen como efecto invernadero está creando cambios en el comportamiento climático que aseguran en un futuro próximo efectos negativos de importancia en la biodiversidad del planeta.

Los huracanes, cada vez más intensos, el calentamiento global, el deshielo de los casquetes polares, el posible aumento de tamaño de las olas, entre otros, son, a decir de los científicos, muestra de lo que se avecina para los próximos decenios.

La industrialización, el uso de fuentes de energía a partir de combustibles fósiles, como el petróleo, y el transporte, son los grandes contaminantes del planeta, que cuenta cada vez con menos espacios para “respirar”.

Es en este contexto que las Naciones Unidas, a través del Convenio Marco sobre Cambio Climático, creó el Protocolo de Kioto, en el que se establece que las naciones industrializadas deben reducir sus emisiones de gases contaminantes, que son los que provocan el efecto invernadero, en un 5.2% para el año 2012, en relación a las emisiones de 1990.

Pero para los países desarrollados industrialmente esta ordenanza representa una reducción de sus beneficios. Además, el coste millonario que significa un cambio de paradigmas es una inversión que no quieren asumir. Por alguna razón las guerras se mueven alrededor de las mayores reservas petroleras.

Es así como el Protocolo de Kioto ha creado un nuevo mercado a partir del cual los países en vías de desarrollo, o países “No anexo 1”, pueden capturar carbono mediante la creación de fincas de forestación, que pueda ser vendido a los países industrializados, o “Anexo 1”, a fin de que éstos, a través de esta compra, reduzcan las emisiones contaminantes a la atmósfera.

Aunque el mercado de los bonos verdes aún está en ciernes, estos certificados ya empiezan a cotizarse entre cinco y ocho dólares y en algunos casos un poco más. Instituciones de renombre mundial han querido “anotarse” temprano a este nuevo negocio, como el caso del Banco Mundial.

El Protocolo de Kioto ha otorgado un período para que las naciones partes, que son los 157 países que lo conforman, con el aval de las Naciones Unidas, se integren a este proyecto para ofrecerse ya sea como “generadores de bonos verdes” a través de la captura o secuestro de carbono, o como “compradores” de estos bonos.

Esto significa que el medio ambiente y su protección ha dejado de ser un sueño de idealistas para pasar a ser un potencial mercado que, a la vez que compromete a la reducción de emanaciones tóxicas a través del uso de mecanismos de desarrollo limpio, frene el calentamiento global y sus posibles consecuencias,

Otro proyecto de reducción de emisiones de gases invernadero es el de eficiencia energética, a través del cual se promueve un cambio del modelo energético a partir de la producción y uso de combustibles no fósiles o naturales, como son el biogás o gas natural, el etanol, el biodiesel y el reuso de los aceites.

La Comisión Nacional de Energía en República Dominicana trabaja en la actualidad en la implementación de estos proyectos de eficientización, buscando reconstruir energéticamente el parque vehicular nacional y aumentar la generación eléctrica a partir de estos productos.

Detractores del negocio

La captura o secuestro de carbono como nuevo negocio cuenta también con detractores que entienden el proyecto como no ético y que ayudaría muy poco a la reducción de emisiones de gases invernadero.

Estos aseguran que los países subdesarrollados, que son los que cuentan con un área más grande de tierras áridas y tropicales, no podrán capturar carbono en una cantidad tal que reduzcan sustancialmente las emisiones contaminantes de los países desarrollados. Señalan además que con este proyecto el Protocolo de Kioto le otorga una “licencia” de contaminación a las potencias económicas a costa de las naciones más empobrecidas.

Otros, en cambio, entienden que el mercado de los bonos verdes estimulará cambios importantes en el manejo del recurso suelo, impactando positivamente las condiciones agrícolas y otorgándoles mayor fertilidad, lo que representa un punto a favor de los proyectos de lucha contra la desertificación y las tierras áridas que este año ha abanderado Kofi Annan, secretario General de la Organización de las Naciones Unidas.

Según datos obtenidos en Internet, para enero de este año ya se habían presentado unos 950 proyectos en todo el mundo que están en diferentes etapas de evaluación, y que reducirían unas 1.200 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, que equivalen a 1.200 millones de bonos, que multiplicados por el precio promedio actual en el mercado –alrededor de 7 dólares-, representan unos 8.400 millones de dólares.

El mercado de los bonos verdes estará en proceso de conformación hasta el 2007, entrando en vigencia en el 2008, lo que muestra que aunque es un proyecto en ciernes, ya están consolidándose  sus bases.

Si la venta de bonos verdes asegura un nuevo mercado para Latinoamérica, aumenta la productividad de la tierra a la vez que asegura la sostenibilidad de las prácticas agrícolas, impacta positivamente en la transferencia de tecnología y contribuye con la reducción de emisiones de gases invernadero, la región estará más que servida.

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