Aunque a todo lo largo de estos tres años de administración de la actual vicepresidencia ejecutiva de la CDEEE me ha tocado jugar el papel de aquella voz que clama en el desierto, parece ser que ha llegado la hora de que raye el alba de la verdad y disipe la confusa noche creada por una gestión caracterizada por la falta de información adecuada, que facilite el real conocimiento de las interioridades del sector eléctrico estatal.
Habíamos dado a conocer la existencia de una gran deuda de la CDEEE y sus filiales con los generadores de electricidad, superior a 740 millones de dólares hasta el mes de junio. En el proyecto de Presupuesto Complementario enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso de la República fueron incluidos 500 millones de dólares para ser destinados a la CDEEE. Ese endeudamiento no será suficiente para cubrir las deudas del sector al día de hoy, mucho menos para impactar de manera positiva en el futuro inmediato del mercado eléctrico, pues esos recursos salen del círculo económico nacional, tan pronto son entregados a los generadores.
Al igual que los legisladores encargados del conocimiento y aprobación del Presupuesto Complementario, parte importante de la opinión pública y la población en general se pregunta: por qué es necesario endeudar al país con 500 millones de dólares más para la CDEEE, si desde sus tribunas se anuncian mejorías en el sector eléctrico. La realidad es que los logros de la actual gestión administrativa de la CDEEE existen tan solo en la estructura propagandística que se ha instalado para defenderla, pues indicadores tan importantes como las cobranzas, gastos operativos, cantidad de empleados, energía suministrada, etc., han sufrido un profundo deterioro si se comparan con los alcanzados durante el año 2009.