Bonsái, gran toque
de vida en casa

Bonsái, gran toque<BR>de vida en casa

De los bonsáis podemos mencionar cientos de virtudes. Pero para empezar le diremos que estas planta, colocadas en un recipiente estéticamente amónico, que ha sido sometida a determinadas técnicas de horticultura y escultura para crear una imagen de árbol, son una alternativa fantástica para decorar y purificar un ambiente.

Y es que aunque lo más común es  recurrir  a las plantas tradicionales, a los floreros o a los arreglos florales para dar ese tan necesario toque de vida y color natural al hogar, los bonsáis son sencillas y cómodas opciones para lograr este fin.

Aportan serenidad y buenas vibraciones y su efecto estético da un toque de distinción a cualquier estancia.

Así que la próxima vez que encuentre que un espacio de su casa luce “sin vida” considere  un bonsái como   una alternativa ideal, sobre todo para ambientes pequeños o minipisos,  y que además es económica y de muy fácil mantenimiento.

Dónde lucirlos

Un bonsái se ve bien en cualquier área de la casa. Pero resulta súper  original colocarlos en el baño, en la sala  o en la biblioteca.

Ahora bien, lo importante es  no ponerlo como un elemento decorativo entre otros, ya que eso le restaría protagonismo.

Decore la maceta con unas piedras, para dar un toque más de estilo.

Cómo cuidarlos

Saber poco de jardinería no es una excusa válida para no tener un bonsái, pues  mantenerlo  no le representará un gran problema.

Puede comprarlo directamente en su maceta y son más que adecuados para interiores. Lo único que deberá hacer es podarlo,  cortarlo cada cierto tiempo  para que crezcan sanos y con una buena forma, pues un bonsái no es una planta genéticamente empequeñecida, sino que se mantiene pequeña gracias a los cuidados.

Cultivado en el interior de casa, debe mantenerlo alejado de fuentes de calor y junto a una ventana muy luminosa, pero sin que  le de directamente la luz del sol.

Algunas sugerencias. Todos los bonsáis son hermosos, pero hay algunos más bellos y más fáciles de cuidar que otros. Los bonsáis de hojas más pequeñas son, sin dudas, los más sencillos de mantener. 

En cuanto a la belleza, aquí les hacemos algunas sugerencias. El laurel: es muy bello y aromático. Requiere muy poca atención; la higuera: deberá cuidarla un poco más, pero es realmente bonita y vistosa, y el lentisco (árbol de la almáciga): es muy resistente y requiere cuidados mínimos.

Como el buen vino

Los bonsáis mejoran con el tiempo. Aunque no tienen que ser antiguos para ser buenos. La textura de la corteza, el torneado del tronco, la estructura de las ramas y su forma requieren tiempo para desarrollarse, incluso con una mano que ayude. Con el paso de los años, y con los cuidados y atenciones correctos, un buen bonsái puede convertirse en un bonsái mejor.

Sin embargo, un árbol joven mal diseñado sólo puede llegar a ser un árbol viejo mal diseñado, por lo cual es esencial obtener la forma básica correctamente desde el principio.

El arte del bonsái

Este arte  surge en China a principios de nuestra era, siendo un objeto de culto taoísta. El bonsái era símbolo de eternidad, el árbol representaba la conexión entre los dioses y los hombres, cielo y tierra. Antiguamente su posesión y cuidado estaba restringido a las personas de la alta sociedad. La tradición decía que el que podía conservar un árbol en maceta se aseguraba la eternidad, por lo que eran fuente de adoración. En el sur de China, este arte consistía en transmitir todas las características de un árbol a uno pequeño en maceta.

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