El punto de cruz es una mezcla de destreza e ingenio que da fabulosos toques a la decoración. Esta técnica de bordado en que las puntadas se hacen en forma de equis, es una práctica muy antigua. Según la Enciclopedia del Punto de Cruz, las piezas más antiguas de este bordado se remontan al año 850 después de Cristo. Y se hacen para infinitas superficies y artículos: cuadros, manteles, sábanas, cojines, artículos personalizados y hasta lencería.
Lo mejor del punto de cruz es que permite hacer todo tipo de diseños con la ayuda de un esquema o patrón, y las mismas revistas te enseñan cómo hacerlo.
Para evadirse. Para algunos puede significar algo más, si lo ve como una actividad adecuada para relajarse o darle sentido al tiempo de ocio. Es el caso de Elda Guzmán, quien comenzó a practicar este bordado como forma de evadir su pensamientos luego que se le diagnosticara un cáncer. Hoy, catorce años después, el punto de cruz es su mayor pasión y hasta organiza bazares para poner sus diseños a disposición del público. Con ayuda de su nieta Katiuska, Elda realiza también otro tipo de bordados, que pueden verse en su página de Facebook.
Las claves
Utensilios
Para bordar punto de cruz necesitará utensilios básicos que son aguja (que es diferente a la convencional), tela especial (las más utilizadas son las Panamá y Aída), hilos (generalmente se usan hilos de algodón) y un bastidor que le ayudará a sostener la tela y dar un mejor acabado al bordado. Luego elegirá un patrón de su gusto para realizar el diseño.