Boris Johnson aspira ser nuevo Churchill

Boris Johnson aspira  ser nuevo Churchill

Boris Johnson aspira a ser el nuevo Winston Churchill, pero hay quienes lo consideran más bien una versión británica de Donald Trump.
El nuevo primer ministro británico anhela emular a Churchill al convertir una crisis nacional (en este caso el Brexit) en un triunfo político. Pero al igual que Trump, obtuvo el cargo mediante una mezcla de celebridad, comentarios provocadores, conductas estrafalarias y una tendencia a tergiversar la realidad. “Es un tipo distinto, pero lo mismo dicen de mí», dijo Trump. “Nos llevamos muy bien».
Mantener buenas relaciones con el errático Trump será uno de los desafíos del nuevo mandatario, como lo será resolver la crisis en torno a la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, algo que no pudo hacer su predecesora Theresa May quien tuvo que renunciar ante su derrota. Hasta ahora es difícil predecir si Johnson estará a la altura de las circunstancias o si fracasará. De actitud díscola y personalidad estrafalaria Johnson, de 55 años, es uno de los políticos más famosos de Gran Bretaña. Pero al mismo tiempo, es en parte un misterio.
¿Cuáles son sus posiciones? Pues se sabe que es un ávido partidario del Brexit, pero titubeó mucho tiempo sobre el tema y cierta vez escribió 2 artículos de opinión en diario con posiciones encontradas: una a favor de la salirse de la UE y otro en contra. Se pronunció a favor de dejar el bloque durante la campaña para el referéndum del 2016 en que los británicos se declararon a favor de la salida.
¿Cuál es su plan para el Brexit? Johnson promete salirse del bloque el día acordado, el 31 de octubre, con o sin acuerdo. Asegura que Gran Bretaña debe prepararse asiduamente para una salida sin acuerdo aunque dice que las probabilidades de que ello ocurra son “una en un millón». Aunque cierta vez dijo que las probabilidades de que él fuera primer ministro eran las mismas de que encontrar a Elvis Presley viviendo en Marte. Todo indica que los pronunciamientos de Johnson hay que tomarlos con cierto escepticismo.
Max Hastings, que fue jefe de Johnson en el diario Daily Telegraph, lo ha calificado como “un hombre de grandes atributos pero marcado por ausencia de conciencia, de principios o escrúpulos».

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